Cuando se llena la boca hablando de mejorar un club y trabajar la cantera. Incluso cuando se habla de aumentar el interés por un deporte y se toman medidas "fichando" gente de fuera para nutrir una estructura muy limitada. También cuando la imagen por fuera es impecable y se vende un producto que se antoja apetecible. Si además se tiene un equipo de referencia que gana partidos y se ha conseguido un recinto casi en "exclusividad".
Cuando pasa todo eso, ¿cómo se justifica que los niños y niñas que salen de casa para coger un autobús vuelvan sin ponerse la camiseta y sin jugar un solo punto o minuto si ese deporte y esa categoría lo permiten? Más aún, si es algo habitual y cuando algún padre o madre pregunta la respuesta es que "a veces es mejor animar desde el banquillo que salir a la pista y hacer el ridículo". Peor aún, si luego el niño o la niña escuchan en el entrenamiento que es mejor que los "papás" no vayan mucho a preguntar por sus hijos.
Cuando lo único importante, por la edad que tienen, es que se diviertan y mejoren, algo falla si no pasa ninguna de las dos cosas. O falla el monitor, que no sabe conseguir esos objetivos o falla el club, que no detecta el problema o prefiere mirar hacia otro lado mientras los papás paguen la cuota correspondiente.