Los Menor, unidos por el Taboadela

El apellido Menor está estrechamente ligado al Taboadela, al punto tal que José Manuel preside el club y sus tres hijos, Jorge, el delantero; Roberto, su entrenador; y recientemente su hija Andrea formando parte de la directiva del club de Outeiro do Miogo. Desde que el club se fundó en 1980, el actual mandatario formó parte de las directivas presididas por Martínez, Bernardino, Clodomiro Nóvoa y Sergio Quintairos, al que sustituyó hace tres lustros. Lo curioso es que a José Manuel no le gustaba el fútbol, "yo era más de juergas (risas), me metió en esto Martínez y poco a poco terminé enganchándome". Bajo su mandato el Taboadela recuperó su lugar en Primera, con un doblete. Campeón de su grupo en Segunda y obtener la Copa B derrotando en la final al Ribadavia, "pero también hubo éxitos cuando estuvo Clodomiro con el aquel ascenso a la Preferente donde hicimos plantillas muy buenas, pero nunca llegamos a ninguna final". En la temporada 12-13 el club levantaría su primera Copa Diputación entre equipos de Preferente y Primera. "Fue una gran emoción. No contaba con ganarla, pero eso fue como una motivación extra para seguir con los chavales". En una familia donde nunca surgió un futbolista, "éramos todos de cartas y de fiestas". Para el presidente, su hijo Jorge es el más tranquilo, "pero si se enfada es jodido, mientras que Roberto tiene carácter como yo, pero también se nos pasa pronto". José Manuel reconoce que su mujer hace un par de años lo llevaba mal cuando acudía al Outeiro do Miogo, "discutía mucho con los árbitros, pero ahora lo lleva bien porque yo estoy tranquilo". Hace tres temporadas que el Taboadela milita en la Segunda Galicia, quedando a las puertas del ascensos en dos play off. "De momento estamos bien en esta categoría, pero el objetivo sería ascender porque para esta temporada estamos haciendo un equipo bastante bonito para subir, pero ahora con los problemas que hay veremos lo que pasa". Jorge, el goleador El delantero Jorge, salvo en sus comienzos en el Pabellón como su hermano mayor Roberto, jamás se despegó del Taboadela. Debutaría en el primer equipo siendo aún juvenil y encará su temporada número 13. Para él, a nivel futbolístico, el equipo de la campaña 09-10 fue uno de los mejores. "Un equipo que mezclaba todo. La veteranía de Suso Machaca, las ganas de los que llegábamos detrás como Camba, Quique, Bruno y yo, un gran entrenador como Julio Iglesias y gente que jugaba menos como Diego Fernández o Juninho que siempre sumaron". Con 101 goles en la Primera Galicia y otros tantos en Segunda, Jorge Menor reconoce que formó con Camba uno de los mejores dúos ofensivos del Taboadela. "Él era el hombre gol y lo sigue demostrando como en la pasada temporada en el Verín. Es fácil entenderse con él, hay que ponérsela en el área y ya se encarga de meterla". En la última campaña en Primera, donde el equipo descendió coincidió con su hermano Roberto. "Él era un trotamundos, ya que antes pasó por el Xunqueira de Ambía y Allariz. Ahora que es mi entrenador no me cuesta aceptar sus órdenes, aunque los jugadores siempre tenemos nuestra parte de cabezonería. En el vestuario no le contesto, pero al llegar a casa le doy mi opinión. Aún así hay que ayudarlo porque está empezando". Durante todo este tiempo, el ariete Jorge siempre tuvo muchos pretendientes, "pero al jugar en el equipo del pueblo y que mi padre estuviese como presidente influyó para que no marchara. La verdad nunca hubo una oferta que económicamente me iba a ser más rico y por eso prefería seguir aquí. Aunque ahora llegan cada vez menos propuestas, en estos momentos al fútbol lo tomo como una diversión. Los clubes saben que para sacarme del Taboadela tiene que ser una oferta muy buena y además estoy viviendo y trabajando fuera de Ourense". Roberto, el técnico La primera imagen que guarda en su retina el entrenador Roberto Menor "es una foto que tengo siendo muy pequeñito junto a la entrada a los vestuarios con un balón Mikasa". El hermano mayor comentaba además que Jorge "llegó a coincidir jugando en Josefinas con Marta, actual jugadora del Envialia de fútbol sala". Otra de las cosas que Roberto recuerda de su infancia es aquel Taboadela de Carolo, Manolo Martínez y David Argiz. "Era otra forma de llevar el club, ahora nadie cobra. El club se mantiene por sus socios, cuando de aquellas había gente viviendo del fútbol". Tras su paso por el Allariz, un transplante de riñón lo dejó sin jugar varios años. Volvió al Taboadela integrando el equipo B en Tercera Galicia donde colgó las botas. "No estaba en el primer equipo porque tenía miedo de llevar golpes. Jugando las segundas partes ya sufría y coincidió que en esa temporada me rompí un hueso de la muñeca y tuve que estar de baja en el trabajo,con lo cual preferí no arriesgar más". Fue entonces cuando Roberto se decantó por empezar a entrenar. "Era algo que me hacía bastante ilusión y tras arrancar en el Arrabaldo volví a Taboadela. Fue la mejor opción porque es mi pueblo y donde mejor se está". A la hora de hablar de su hermano Jorge, se deshace en elogios. "Es un jugador de superior categoría, los rivales le prestan más atención y todo es mucho más fácil con él. Sigue aquí porque es su pueblo a pesar de no se cuantas veces lo han llamado de fuera. Para un entrenador te da lo que quieras y en el vestuario todos entienden que es el mejor. Ayuda a todo el equipo, no solo está para marcar goles". Sobre el objetivo de volver a Primera, "eso lo tiene que decir el presidente (risas), pero si un día suena la flauta y ascendemos lo celebraré como el que más. El reto hoy en día es sacar un equipo porque si son chicos que salen de juveniles es imposible, prefieren jugar en Tercera Galicia un campo sintético".