HISTORIAS DE PRENSA Y RADIO

Milagros de las ondas

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photo_camera Los jugadores del Sporting Celanova en el aeropuerto del Prat.

Con el Celanova en Malgrat, fui a dar un paseo antes del partido con el presidente y cuando llegué al campo no tenía equipo para radiar

Hoy está todo inventado. En mis tiempos y para radio, emitir desde cualquier parte, no era siempre tan sencillo. No se habían inventado los móviles. Dar conexiones desde un campo era factible siempre que hubiera teléfono. Radiar un partido, sólo si la Telefónica te “echaba” hasta el campo lo que se llamaba una línea microfónica. Hoy os cuento casos curiosos. Desde radiar un partido sin línea y, hasta más difícil todavía, hacerlo para una villa en la que no se oía la emisora.

La primera vez que llegué a Asturias a radiar era a Pola de Siero. Años sesenta. Trabajaba para La Voz del Miño. Me esperaba en la puerta del Campo del Jardín un hombre de Telefónica. “Le he colocado la línea enfrente de la tribuna, donde no hay público, estará más cómodo; hemos puesto un poste y de él cuelga un cable largo para que pueda enganchar”.

Esa era su opinión, cuando no habían llegado los aficionados locales. Pero cuando se corrió la voz de que el partido iba a ser radiado, me encuentro a medio centenar de personas alrededor del dichoso poste dispuestas a no perderse la primera radiación de un partido desde su localidad.

Estaban pendientes de cada movimiento. Mandaban callar unos a otros cuando me disponía a arrancar. Pero lo malo fue cuando empecé a emitir y no acertaba con el nombre de los jugadores asturianos. "Oye, que has dicho Alberto y es Antonio. No, Ricardo no, ese es Alberto".

Me volvían loco. Trataba de no oírlos, no hacerles caso. Imposible. Hasta que se cansaron ellos. Sin duda por eso uno comentó con marcado acento asturiano: "A que va a ser verdad que esta xente de la radio diz más mentires que fala…".

GIJON, CAMPO DEL MAREO

El filial del Sporting jugaba sus partidos en uno de los campos de la Ciudad Deportiva del Mareo. Pero a esa instalación no llegaba el teléfono en aquel tiempo. Ya estaba entonces en Radio Popular y Vidal López Vázquez, locutor de la emisora de FM, tenía ya entonces mucha imaginación también para cuestiones técnicas, me dijo “tranquilo, que eso lo soluciono yo”.

A unos quinientos metros del Mareo había un restaurante. Le pedimos que nos dejara utilizar su único teléfono, uno público, mientras durara el partido. No puso reparos. Pero ya desconfiaba cuando vio como Vidal cogía el auricular, desenroscaba el micrófono y conectaba un “walkie talkie” en unas patillas que yo descubría que existían dentro del aparato. Me dio la otra parte del dichoso “walkie” y me mandó colocarme a unos cien metros y que hablara. Llamó a Ourense a la emisora y resulta que me oían perfectamente. Era como milagroso, o algo así. Vale. Ya luego desde el campo, hablaba yo con Vidal desde la grada y él, a través del teléfono público del bar, con Sesé, un compañero de Radio Popular. Llegó la hora del partido y me dio el consabido “Sobrino, cuenta veinte y empieza”” y efectivamente eso hice.

Iba ya como media hora de juego y veo subir a Vidal por el graderío, corriendo desesperado. “Para, para, que Sesé se despistó, colgó el teléfono de la emisora y se cortó la comunicación, hay que volver a conectar. Tu espera atento al “walkie”, que voy al bar y te hablo desde allí”. Y se fue a toda pastilla.

Así se escribía aquella historia.

AHORA, PARA VERÍN

Lo que os cuento ahora sucedió en los años setenta y en Radio Ourense . El Verín C.F. jugaba el campeonato de España de Aficionados y entraba en la fase final. Pero jugaba su eliminatoria con el Choco de Redondela en día laborable y por la noche en el campo de Pasarón. Querían tener noticias del partido por la radio. Pero no se oía la emisora en la villa. Aquel grupo de inquietos directivos con Santi, José Luis Mariño, Paco Luis, Cesáreo, y demás, pensaron que se podía ir carretera adelante camino de Ourense y en los altos parece ser que se oía Radio Ourense.

Pero alguien pensó en algo más práctico y sencillo. Concentrar a los aficionados en el Bar Alfonso, dentro y fuera. Desde allí llamar por teléfono a Radio Ourense y en la emisora meter la señal del programa en el teléfono y de esta forma llegaba al establecimiento. Ya en Verín, el sonido se llevaba a un amplificador que lo pasaba por un altavoz dentro del bar y otro altavoz colocado en la acera. Y todos servidos escuchando la retransmisión.

También radiamos dos veces a Celanova. Sin grandes problemas. Porque es que en la villa de San Rosendo de oía la emisora. Primero fue desde el Carlos Tartiere, contra el Vetusta, en el Campeonato de España de Aficionados. Y luego, en Malgrat en Barcelona, en partido de Copa. Con un bonito desplazamiento porque era en avión.

El problema aquí surgió porque llegados a Malgrat con bastante antelación, Cesáreo Moreiras, el presidente, y yo, nos fuimos a dar una a vuelta a conocer la plaza turística. Y al llegar al campo a la hora del partido, resultaba que el autocar había marchado a reparar una avería a un taller y se llevó mi equipo de retransmisión. No había manera de localizarlo.

Cuando ya había transcurrido un cuarto de hora de juego y yo más que desconcertado, apareció un señor que me dijo "soy el conductor del autobús que les trajo desde Barcelona, me parece que me estaba buscando". Le di un abrazo y fuimos volando a buscar los aparatos.

"Vindes traballar é idesbos de caralladas" nos dijo Luis Soria, entrenador celanovense. Y es que Soria tenía mucho poder en aquel equipo. Por cierto. Era tal el interés del choque de vuelta que se jugó de noche y en el campo del Couto. Con prorroga y todo. Creo recordar que nos eliminaron.

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