'Yo estoy encantado con el proyecto, convencido, con ganas de hacer bien las cosas todo se lleva', subraya Antonio Gavilanes sobre sus primeros días en el COB

'Nadie dijo que fuese a ser fácil'

Gavilanes, guiando los primeros pasos de su entrenador. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Menos de un mes en el cargo. 'Oficialmente desde el 23 de julio, en funciones, digamos, desde algo más atras', puntualiza. Tiempo suficiente para que Antonio Gavilanes, el nuevo presidente del COB, se haya dado cuenta de la dureza del cargo. 'Sí, es duro. Pero nadie dijo que fuese a ser fácil. Ha habido que pelear fuerte para conseguir un entrenador, la primera piedra. Pero con ganas de hacer bien las cosas todo se lleva'.
Su padre fue durante muchos veranos el brazo al que asirse cuando la continuidad del COB en la LEB Oro estaba marcada por las dudas. El aval que terminaba poniendo José Luis Gavilanes es ya historia viva en el club. Su madre, Carmen Limia, preside el Pabellón, equipo de la Liga femenina 2. No le quedaba otra, ¿no? 'Más bien es que no había nadie que quisiera dar el paso. Yo estoy encantado con el proyecto, convencido. Y a gusto. Pero sí, puede decirse que un poco la tradición familiar me ha traído hasta aquí', detalla.

¿Cómo es un día tipo de Antonio Gavilanes desde que es presidente? 'Lo primero, he tenido que dejar a un lado las obligaciones particulares, la dedicación tiene que ser casi exclusiva. Nada, llegas al club a primera hora de la mañana, comida rápida y vuelta por la tarde. Es un proyecto marcado por la austeridad pero a la vez por la ambición'.

¿Los agentes? 'Hay que entender sus llamémosle triquiñuelas. Son duros de pelar, pero hay que entender que es su trabajo, que en dos o tres horas se juegan todo un año'.

A su entrenador se le descarga el teléfono cada dos por tres... 'Y lo que le queda. Es el precio que tiene que pagar por tener un presidente novato... Estamos contentos, hemos acertado', finaliza.

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