"No podía fallarle a esta gente"

photo_camera Rodríguez muestra la medalla conseguida.

Pablo Rodríguez subió al tercer peldaño del podio en una carrera "impresionante", que no olvidará nunca por el apoyo que recibió en todo el recorrido

Tenía que hacer podio como fuera. Con la gente que había y como me han animado no podía fallarles", reconocía Pablo Rodríguez ya con la medalla al cuello.

Reflexionaba después de un día que no olvidará en su vida: "He corrido con 50.000 personas pero no me animaban a mí. Esto ha sido impresionante".

Una carrera para la que vinieron familiares de Vigo o de Madrid, en la que su hermano Diego corría a su lado en una de las subidas más complicadas del circuito mientras su padre, Gregorio, lo recorría casi al completo apaciguando los nervios y animando por igual a Valero, Coloma o Hermida. Fácil entender de donde le viene la elegancia a un chaval que se muerde la lengua: "Hay que pasar página. Hoy se vio cómo fue la carrera y cómo fueron las anteriores, pero queda poco para los Juegos y lo único que quiero es desearles suerte a los tres. Confío en ellos".

Su hermano David agitaba con fuerza las chocas que ya son parte de la Copa del Mundo. Las que identifican a los seguidores del 'Afiador': "En la última vuelta iba justo pero no podía fallar".

Hasta ahí había pasado por todas las plazas del podio. Salió "a ganar la carrera" y se puso líder en la segunda vuelta. Ahí Coloma le dijo que "iba a meter una marcha más y le dije que ese ritmo no podría seguirlo" y lo dejó en solitario hasta que lo recogió Valero. Juntos hicieron tres vueltas más y en la última se quedó solo para mantener el podio: "Llevaba 40 segundos a Hermida y sabía que eran suficientes. No tenía chispa para más".

En la meta lo esperaba su madre, Marisa, para darle el mejor premio. El abrazo de la familia que apostó a ciegas por un niño que tenía claro que quería ser en la vida y que ayer confirmó en casa que la apuesta iba en serio.

¡Y lo que queda por venir!

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