Obituario | Eduardo Gamallo, la sangre y la cara amable del Club Deportivo Ourense

Dedicatoria de Quino Muñoz a la muerte de Eduardo Gamallo: Cuando tomé posesión como presidente del Club Deportivo Ourense, fue la primera cara amable que me encontré en el camino, con una brillante sonrisa y con una elegancia natural recuerdo que me dijo: “Enhorabuena y gracias. Las vas a pasar canutas, pero aquí estoy para lo que haga falta, soy Eduardo Gamallo delegado del Ourense B”. Se lo agradecí mucho porque, pese a ser una persona conocida por mí, no tenia el placer y el honor de conocerlo en persona, sabía que me iba a gustar hablar con el y estar con él. Pero me esperaba una gran sorpresa en mi primera reunión con él. En la primera reunión “oficial” en mi despacho del Couto, tras pedirme una cita “oficial”, le pedí que nos sentáramos los dos del mismo lado de la mesa, porque una institución como el tenia más derecho que yo a pedir consejo, y aceptó, no sin antes decirme que esta vez solo porque me venía a comunicar que dimitía como delegado del Ourense B. Yo había visto en él a la persona sobre la que angular junto con Romerito una atención especial al Ourense B, yo sabía cómo quería a los “niños”. Le tuve que rogar varias veces que se quedará y tras empeñar mi palabra en que íbamos a mimar ese equipo me dijo que se quedaba, que él quería quedarse, pero no quería que yo no tomara la decisión con libertad. Así era Gamallo, era capaz de renunciar a su vocación por ofrecerme una libertad que no le pedí. Y cumplí mi palabra, creo que fueron los mejores años de CD Ourense B, épocas en las que el primer equipo se nutria de jugadores del B, y eso creo que le daba días, meses, y tal vez años de vida al gran Eduardo Gamallo. Eso sí, a él no lo cambiaban esas cosas, seguía siendo el mismo caballero al que los árbitros admiraban, el mismo que sonreía igual independientemente de ganar, perder o empatar, y eso lo hacía no grande: enorme. Me venia a buscar para tomar un “cafecito”, y de él intenté aprender todo lo que pude, porque tenía mucho que enseñar: de futbol, de la vida, de todo. Recuerdo cuando el Ourense B ascendió y nos comprometiéramos a que si conseguían el ascenso les pagábamos un viaje a Cancún, su frase fue: “Presi hay que cumplir”, y le dije que cumpliría si iba él,… creo recordar que vino muy moreno,… pero “sus niños” no quedaron sin viaje. Un día me trajo un regalo: era una foto de nosotros dos en un marco, que presidió mi despacho en CD Ourense hasta que me fui y ahora preside mi humilde despacho en casa, sin duda se ganó un hueco en mi familia, en mi corazón,… gracias por tantos momentos buenos y agradables, siempre me recibía con un “¿qué tal esta su señora?”, y se despedía con un “dale un beso a tu señora”. Era así te recibía con un “usted” y te despedía con un “tú” Jamás me pidió nada para él, jamás, pero le hubiera dado lo que me pidiera, sin dudarlo, era, es y será un ser humano especial lleno de vida, de alegría y de sonrisas, ourensanista hasta la médula, el Pantone del escudo de CDO es el mismo que el de su sangre. Gracias, muchas gracias por ejemplo de vida, por tu devoción por nuestro CDO, por siempre tratarme como un hijo, como un amigo e incluso como un abuelo. Dedicatoria de Ricardo Seguín a la muerte de Eduardo Gamallo: Falleció Eduardo Gamallo, el hombre para el que su familia siempre fue Club Deportivo Ourense y su casa el estadio de O Couto. Su compromiso con su trabajo y con todos aquellos que le rodeaban le convirtieron en un indispensable en las directivas y en los organigramas de entidades como la Agrupación Deportiva Couto, el Atlético Ourense o Club Deportivo Ourense. No había presidente que llegara a las mismas y no contara en su círculo de confianza y en su nómina a Eduardo Gamallo. Era un factótum, casi siempre en la sombra, pues era uno de esos trabajadores que no necesitaban estar a la vista aunque su labor siempre era visible en beneficio del club. Valía para todo y así tan pronto recibía a las expediciones visitantes, con las que siempre tenía un detalle (un banderín, un pin...), como se dedicaba a trámites administrativos de papeleo y documentos, amén de acompañar a jugadores de las plantillas para las labores que lo necesitaran o ejercía de delegado de campo. Era una persona muy querida por el colectivo arbitral, si bien cierto día, precisamente un conocido suyo, le expulsó en un partido en Salvaterra. A tono de broma siempre decía que “primeiro é CD Ourense e despois o traballo”. Su bonhomía le hizo llevarse bien con todo el mundo. Siempre trataba de evitar problemas y si podía, mediaba en los conflictos internos del club, siempre sin airearlos, porque lo que pasa en O Couto, se queda en O Couto. Siempre fue respetado y era una persona muy conocida y cercana, porque llegaras a la hora que llegaras al estadio, siempre estaba allí y dispuesto a ayudar en lo que hiciera falta. Sus amores por el club de su vida llegaron hasta el final, pues su último deseo era ser enterrado con la insignia y la corbata del CD Ourense. ¡Eduardo Gamallo, descanse en paz!