BOLA EXTRA

Ortega anunció Zara en el hockey

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photo_camera Amancio Ortega (i), y el ourensano Rodríguez Cebrián, sobrino político de Ortega, sujeta un muñeco en una formación del Liceo.

Fue por hacer un favor a la directiva del Liceo en el primer partido televisado contra el Barça en 1981 y acabó pegando la publicidad

El deporte gallego suspira por contar con un mecenas como Amancio Ortega, pero los apoyos del fundador y primer accionista de Inditex siempre fueron –en las contadas ocasiones que aceptó por compromiso– de manera discreta, excepto en una mañana de 1981 en las que toda España pudo ver por televisión la publicidad "Zara Moda" en el partido de hockey sobre patines que enfrentó al Liceo y al Barcelona en la pista de Riazor. "Habíamos ascendido dos años antes a División de Honor y en la directiva que presidía Fernández Tapias echábamos una mano Javier Chaver, Lis de Soto, Juan Carlos Rodríguez Cebrián y yo", recuerda Luis Valiño, socio con los dos primeros en la agencia de publicidad Imaxe. El ourensano Juan Carlos Rodríguez Cebrián, además de haber sido jugador como los otros compañeros de la directiva, también era sobrino político de Amancio Ortega y trabajaba en la empresa en la que acabaría siendo director general durante la época de la expansión y la salida a Bolsa. 

Pero a esta altura del calendario, Amancio Ortega todavía no había iniciado su expansión internacional con la apertura de la primera tienda en Oporto en 1988, le faltaban cuatro años para crear el holding Inditex y el Hockey Club Liceo no podía ni siquiera soñar en convertirse en el equipo más laureado de Galicia con un palmarés tan prodigioso como el milagro de la empresa textil: 7 títulos de la OK Liga, 9 copas del rey, 1 Supercopa de España, 6 copas de Europa, 2 recopas europeas, 3 copas de la CERS, 6 copas Continental y 5 copas Intercontinental. Estaban asentando los cimientos para disputarle la supremacía del hockey sobre patines a los catalanes y la directiva se sorprendió con el anuncio de que TVE iba a televisar el partido contra el Barcelona. "Entonces le dijimos a Juan Carlos que le pidiese a Ortega que nos echase una mano anunciándose en el rodapié de la pista. Él preguntó cuánto le podía pedir y nosotros le respondimos: 'lo que te dé", recuerda Valiño. A los pocos días, Rodríguez Cebrián regresó con la feliz noticia: "Dice que sí, pero que sólo nos da 100.000 pesetas (600 euros)". "Y aceptamos claro, porque Texman pagaba un millón de pesetas (6.000 euros) por llevar la publicidad en la camiseta durante toda la temporada y al final nos quedamos sin cobrar".

Los ilusionados directivos que habían formado en el primer equipo del Liceo y conseguido el ascenso a Primera División en la temporada 74-75, como recoge el periodista Lois Novo en su libro 'Visten de verde y blanco' intentaban apuntalar su pasión en la División de Honor nacional con recursos escasos. Amancio Ortega telefoneó al club para preguntar si la gente encargada de colocar su publicidad en el rodapié de la cancha era profesional. "Son los mejores, le contestamos". Y los mejores eran Lis de Soto y Luis Valiño, expertos publicistas sí, pero no operarios. Para ahorrarse el dinero y emplear todos los recursos en el equipo decidieron madrugar y hacerlo ellos directamente. "Y nos pusimos manos a la obra. Uno colocaba la pegatina Zara y el otro Moda por todo el campo. Recuerdo perfectamente que una era en rojo y la otra en verde", explica Valiño.

Pero cuando llevaban un buen rato con la faena notaron a sus espaldas la presencia de una persona en un pabellón que a esas horas tempranas tendría que estar desierto. Era el mismo Amancio Ortega que había acudido a supervisar el trabajo. "Anda, dadme pegatinas que no vais a acabar a tiempo para el partido", recuerda divertido Luis Valiño. "Gracias a él finalizamos antes de lo que teníamos previsto y no le pareció mal la pillería". Ni tampoco le importó doblar la cerviz para que el trabajo pareciese hecho por un profesional.


CHURROS Y LIMPIABOTAS


Como faltaban unas horas para que comenzase el encuentro, Amancio Ortega sugirió ir a desayunar un chocolate con churros a La Popular, en la calle Franja, como acostumbraba a hacer los fines de semana. Los dos aceptaron con gusto, pero ese día la churrería estaba cerrada y el fundador de Inditex confesó que otra de sus aficiones era limpiarse los zapatos en un establecimiento cercano. Ninguno rechistó. Con el calzado reluciente regresaron después al pabellón para presenciar el primer partido en el que Zara se publicitó. 

"Fue por echarnos una mano porque él nunca se anunciaba, sólo en la época de rebajas y cuando inauguraba tienda en una nueva ciudad", precisa Valiño, uno de los protagonistas de esta peculiar historia que sirve para definir a uno de los hombres más ricos del planeta. El año pasado Inditex volvió a sorprender al virar de estrategia. Pull & Bear se convirtió en patrocinador oficial del equipo Repsol Honda y cuenta con el gancho de Marc Márquez, campeón del mundo de Moto GP, como colaborador de colecciones especiales con el equipo de creativos. Inditex continúa marchando sobre ruedas. 

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