Otero, el cuarto entrenador en un Barco a la deriva

Cándido Gómez, Nilo Ramos y José Antonio.
photo_camera Cándido Gómez, Nilo Ramos y José Antonio.
El hasta ahora preparador físico entrenará al equipo las dos últimas jornadas tras la dimisión de Cándido Gómez

El Barco no tiene una semana tranquila. Esta vez fue la marcha del “tánden” Cándido Gómez-José Antonio Rodríguez, que abandonan el equipo a falta de dos jornadas para acabar la liga y al que dirigieron los seis últimos encuentros. 

El primero en dejar el equipo fue Javi Rey, tras llegar la oferta del Arenteiro una vez disputados nueve partidos. Su sustituto fue el monfortino Edu Rodríguez, que fue cesado 13 jornadas después. En ese momento llegaron Cándido y José Antonio. Ahora les sustituye el preparador físico Héctor Otero, que ejerció esa labor con todos los entrenadores. Estará acompañado por Gunti y Nando, dos hombres de club con una larga trayectoria. Hará de entrenador los dos partidos que faltan para finalizar la competición, el domingo ante el Paiosaco y el último, en Calabagueiros, ante el Fabril. Tiene claro que “es verdad que faltan dos, pero el primero y más importante es este domingo. Tenemos el objetivo de quedar quintos por la cola para intentar tener alguna opción de salvarnos y eso pasa por ganar en Paiosaco, si no ya es imposible”. Héctor lleva toda la temporada en el Barco y estuvo con todos los entrenadores, por eso es voz autorizada para opinar el por qué se llega a esta situación. “Está claro que, desde fuera, se pueden tener muchas versiones, pero yo pienso que han sido un cúmulo de circunstancias. No empezamos bien y, cuando habíamos enderezado el rumbo, llegó la marcha de Javi Rey, que nos afectó mucho. Nos fuimos metiendo en problemas y el equipo no estaba preparado para esas situaciones y muchos jugadores tampoco estaban acostumbrados a jugar con esa presión”.

Los dos últimos en llegar son los que menos tiempo han estado al frente del equipo. El lunes, José Antonio Rodríguez habló con el presidente y le comunicó su marcha: “Tuve una reunión con Nilo y le comuniqué mi decisión de abandonar el equipo. Pienso que todavía tienen opciones de salvarse y el próximo partido es clave. Considero que el equipo necesita un estímulo porque la situación aún se puede revertir y, como el futuro del Barco pasa por esta semana, tengo claro que la realidad está por encima de lo que se pueda querer o se pueda creer”. Y termina señalando que “lo importante es generar un buen clima durante esta semana y que los jugadores salgan el domingo a defender el escudo a muerte”.  Un técnico que no se arrepiente de haber ido al Barco a pesar de que “era una situación muy complicada y que estuvo muy condicionada por mi situación deportiva. Me hubiera gustado que fuera de otra manera, pero arrepentirme no, para nada”.

Por su parte Cándido Gómez también tiene claro que “el equipo necesita un revulsivo para el partido de este domingo que es decisivo y a lo mejor una cara nueva puede ser la solución porque el fútbol son dinámicas”. Y añade que “José Antonio estaba muy quemado, decidió marcharse y yo no me iba a quedar. Llegué con él y está claro que cuando él se fuera, yo también lo haría”. 

Héctor Otero, que ya había sido interino ante la UD Ourense en O Couto,  se hace cargo del equipo para los dos duelos que quedan. El domingo, el primero y clave, en casa del Paiosaco.

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