Patricio Sánchez: "Vamos de blanco para que se nos vea menos"

Patricio Sánchez hace años que cruzó la trinchera. Salió de la piscina para dejar de nadar y pasar a controlar a los que nadaban. El agua es su pasión. Lo es, lo fue y lo será. Ahora es árbitro internacional y, mañana mismo, viajará al Campeonato de Europa que se disputa en Roma para poner orden en las competiciones de aguas abiertas. Es profesor en el Campus de Ourense de la UVigo, pero entre la Economía Financiera siempre sale a flote su amor por el agua. “Nací nadando. Fui nadador y mi forma de seguir vinculado con el mundo del deporte es a través del arbitraje, ya desde hace muchos años. Una forma distinta de estar ahí metido”, explica. Lleva ejerciendo como juez a nivel local “desde hace tanto que ni me acuerdo”. A nivel nacional cumple dos décadas y, en pruebas internacionales ha llegado ya a su octavo año. “Son ciclos de cuatro años y espero que la Federación me proponga para otro más”. Por eso está más que cualificado para subirse al avión y poner rumbo al Campeonato de Europa. Antes, en julio de este mismo verano le tocó París e una prueba de las World Series. Vivir en primera línea una competición de tanto nivel y, además, con responsabilidad. “Muy contento, ya te puedes imaginar, después del Mundial, un Europeo es la competición más importante, máximo nivel en el deporte que te gusta. E incluso el destino hace que se celebre en una ciudad muy apetecible, así que lo tiene todo”. FUNCIONES Pero, ¿qué arbitra un árbitro de natación? La gran incógnita para muchos que incluso no reparan de su existencia cuando se sientan delante de la televisión a ver un campeonato. “Es algo que me preguntan mucho. Es un deporte que tiene su reglamento, sus normas que cumplir y se trata de observar que se cumplen. Afortunadamente para nosotros somos mucho menos visibles que en otros deporte. Bueno, menos en waterpolo, pero esa no es mi modalidad. Fíjate que hasta vestimos de blanco, que es el color que menos se ve. Tratamos de pasar desapercibidos pero somos necesarios. En mi caso, en aguas abiertas, se compite en un circuito y hay que mirar que no se salten una boya. Y luego es muy importante el respeto al contrario, especialmente en la salida”. El no iniciado tiende a pensar que todo lo hace la tecnología. Pero no. Hay cuestiones en las que el ojo humano cuenta. Sin olvidar que a veces pasa eso de “reinicia, a ver si funciona”. “La tecnología es una aliada pero también un riesgo. La Ley de Murphy existe y sabes que cuando te falle va a ser en el momento más inoportuno. Hace un par de años, en una Copa de Europa, se perdió el vídeo y hubo que hacer las llegadas a mano. Siempre se va a necesitar al humano”. Desde ese segundo plano, Patricio Sánchez ha vivido el ascenso de la natación española y también sus dificultades actuales. Estar en la cresta de la ola garantiza que los focos apunten, pero cuando vienen las duras hay cierto olvido sobre lo complicado que es llegar. “La natación española está viviendo un momento complicado y a nivel mundial, los rivales están mejorando mucho. La natación es muy sacrificada y por eso es complicado captar nuevos nadadores. Los deportes individuales tienen esa desventaja con respecto a los colectivos, y el nuestro especialmente. Luego influye la necesidad de la lámina de agua porque tienes que tener ese espacio para entrenar, con comodidad y tranquilidad. Es complicado”, analiza Patricio Pérez. Como buen ourensano de adopción laboral destaca que el Club Natación Pabellón “es una referencia en la comunidad” y alaba el buen trabajo que se hace desde la piscina Rosario Dueñas en Ourense y, por extensión, en el resto de Galicia. Con las maletas en la puerta y la tarjeta de embarque preparada, Patricio Pérez se va a su otro despacho. Este no está en el Campus de Ourense. Va variando según la competición. Ahora le toca Roma, la ciudad eterna. Allí vigilará que la élite de la natación europea cumpla con las normas sin excepción. Otra de esas experiencias que no se olvidan.