POLIDEPORTIVO

"Se pide que Ourense haga deporte y luego no hay dónde practicarlo”

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photo_camera Diferentes zonas de Os Remedios

Los clubes que entrenan a diario en el complejo polideportivo de Os Remedios ponen en evidencia las limitaciones y problemas de una instalación caduca

Campo de fútbol, canchas anexas, salas, piscinas... Ninguno de los módulos de los que se compone el polideportivo de Os Remedios se salva de las críticas y los problemas. Medio siglo de historia y una retahíla interminable de parches y millones de euros gastado para intentar camuflar lo inevitable. Ourense reclama instalaciones deportivas más modernas y funcionales. Os Remedios que ha quedado pequeño y viejo.

Es la conclusión de los clubes y usuarios del polideportivo ourensano. Sea por falta de espacio, por la problemática de compartirlos hasta cuando físicamente parece imposible o simplemente porque la instalación no soporta la práctica de algunos deportes. 

Los parches no han servido para satisfacer las necesidades de los clubes y de los deportistas. Desde hace años la gimnasia de la ciudad tira de imaginación. "El principal problema que nos encontramos es la falta de una instalación que cumpla con las necesidades de toda la gente que hace gimnasia en la ciudad. Por ejemplo, para gimnasia rítmica necesitamos una determinada altura. Si no la tenemos, no podemos entrenar los ejercicios que puntúan en una competición nacional. La que mejor se adapta es la pista central de Os Remedios, pero está muy demandada", señala Pilar Iglesias, directiva del club Ximnasia Pavillón.

"En vez de las reformas que acaban de hacer y la que van a empezar, podría hacerse una instalación totalmente nueva"

Por lo tanto, a la hora de la competición pueden partir en desventaja. Los mismo que sienten en sus carnes los componentes del Halterofilia Pabellón, en las salas y gimnasio que tienen habilitados en el complejo. "Parece que está proyectado aumentar la zona, pero la sala de halterofilia se nos queda muy pequeña, algo que nos está generando problemas en cuanto a entrenar en inferioridad de condiciones respecto a otros clubes que incluso pueden permitirse el lujo de organizar torneos y competiciones oficiales en sus instalaciones. También genera problemas con la obligatoriedad de mover material, e incluso impide poder trabajar con niños muy jóvenes,porque necesitan un espacio mayor al tener que estar muy pendientes de ellos", declara Ramón Díaz Zapatería, alma máter de la halterofilia ourensana.


Masificación


Una situación que no mejora en el agua, mucho menos en el césped artificial del Campo Miguel Ángel. 

Muchos usuarios y poco espacio en las piscinas. Es el principal problema que se encuentran en el Sincro Ourense. "Llegamos a coincidir las niñas de natación sincronizada, los miembros del Salvour de Salvamento, las clases de natación y los usuarios particulares que utilizan la piscina. Entre la música de unos, los silbatos de otros y los gritos, es un caos y un verdadero reto hacer las cosas", destaca Elvira López, directora técnica del club ourensano.

El Pabellón de fútbol, emblema de la ciudad en la formación de jugadores de base, sufre las mismas apreturas en el recién renovado campo sintético.

Diecinueve equipos pisan habitualmente el césped de este recién reparado campo, que ya comienza a sufrir los daños del uso al recibir a más de 200 jóvenes deportistas los siete días de la semana en jornadas de no menos de ocho horas. 

"Los niños de fútbol-8 entrenan a cuarto de campo y a medio los de fútbol-11. No hay horas. Hay instantes en que coinciden 80 niños"

El presidente del club, Juan Francisco López, considera que "es algo a lo que ya nos hemos acostumbrado. Los entrenadores tienen que reinventarse en cada entrenamiento para poder dar nivel y enseñar a los chicos. Fíjate, los niños de fútbol 8 entrenan en un cuarto de campo y los mayores, los de fútbol 11, lo hacen a medio campo. Nunca tienen disponibilidad de entrenar a cancha entera porque sencillamente no hay horas. Solo si se juntan los equipos de la misma categoría se puede hacer algo, pero es muy complicado. Hay días que si se va al campo hay más de 80 niños trabajando sobre el césped, es una barbaridad".


Desterrados


Otros históricos no han tenido ni esa suerte. Se han ido literalmente del complejo deportivo. El Pabellón de baloncesto femenino lleva el nombre por Galicia de una instalación en la que no puede ni entrenar. "En el momento en el que perdimos la categoría en LF2, cambió el criterio y tenemos que coger lo que sobra. Al principio de la temporada solicitamos horas de pista en Os Remedios y ya se nos asignó directamente el Otero Pedrayo y al Campus", destaca Benjamín Rodríguez, preparador del primer equipo pabellonista. 

Al Pabellón también le influye las limitaciones del Anexo. Toca sacar la escuadra y el cartabón para delimitar su zona de uso. "Ahora nos ofrecen dos horas a la semana por la renuncia del ABO, a un tercio de pista los miércoles y a dos tercios los lunes, lo que nos obliga a entrenar en un cancha diminuta con el equipo cadete, que es el único que pisa Os Remedios", describe Rodríguez.

"Pedimos la cancha central y nos enviaron al Otero Pedrayo o al Campus por un cambio de criterio a la hora de adjudicar las pistas"

También sucede con los más pequeños del Pabellón de fútbol sala, que han tenido que buscar una cancha alternativa para poder completar sus entrenamientos semanales, al sufrir el mismo problema que sus compañeros de otros deportes. "Tenemos dos horas dos días a la semana reservadas en el campo de la policía para que los niños puedan entrenar. Hacemos lo mismo con el campo de fútbol de la universidad para completar los entrenamientos. Todo esto lo paga el club, pero si no lo hiciésemos sería imposible porque entrenando a tercios de cancha en el anexo es una odisea", afirma Juan Francisco López.

Algo en lo que incide Elvira López (Club Sincro Ourense). "Creo que no se dan cuenta de lo difícil que es entrenar con una calle o media de la piscina. Para mí, cuando llegué al club me pareció un problema grave. Las niñas ya estaban acostumbradas, pero resulta muy complicado trabajar con estas estrecheces. Cuando necesitamos más espacio nos dejan ir los domingos a la tarde a puerta cerrada o vamos a la piscina del colegio Miraflores, pero esto último ya es pagando el club las instalaciones".

"Es difícil trabajar con estas estrecheces. A veces vamos a puerta cerrada o al colegio Miraflores, pagando los gastos el club"

Porque el dinero es otro los efectos secundarios de la falta de un complejo deportivo adecuado. También pasa con la gimnasia. "Pienso que desde nuestro club se está trabajando bien, pero cada vez que tienes que hacer elementos de dificultad, por ejemplo en trampolín, hay que ir a Burgos, o si tienes que ir a hacer controles técnicos a Barcelona... Si ya es un deporte caro de por sí, no tener una instalación en condiciones lo encarece todavía más", se lamenta María Pilar Iglesias desde el Ximnasia Pavillón.

A veces esta precariedad ha tenido resultados fatales para el deporte ourensano. "En Ourense desapareció la gimnasia artística hace ya unos años porque no se podía mantener por falta de una infraestructura adecuada, con las condiciones necesarias. Te paras a pensar y dices, en los últimos 20 años ¿qué instalaciones deportivas se han hecho en la ciudad", recalca Iglesias.


Soluciones


Pero las entidades deportivas no solo se limitan a manifestar sus quejas. Aportan y han aportado soluciones, aunque no siempre las instituciones han recogido el guante. "Nosotros propusimos buscar una solución e intentar entendernos entre todos. Falta orden y eso se ve cuando se entrena, porque pasas de balonmano a baloncesto o a cualquier otro deporte y así es imposible. Es tal el colapso que nosotras queremos sacar un equipo júnior nuevo la temporada que viene y no sabremos si podremos porque no hay horas para entrenar. Siempre nos dicen que no hay más, pero tampoco ponen medios para solucionarlo. Es algo que viene de muy atrás. A veces tenemos la impresión de que se hacen cosas sin pararse a pensar hacia donde vamos", insiste Benjamín Rodríguez (Pabellón Baloncesto).

Y lejos de mantener una postura intransigente, los clubes entienden que no pueden permitirse el lujo de disponer de una instalación personalizada. "Somos conscientes de que es muy complicado tener una piscina entera, porque nadie o casi nadie la tiene en España. Lo que si nos gustaría es poder contar con algo más de espacio y para eso sería ideal poder tener nuevas instalaciones que nos permitan convivir a todos", recuerda Elvira López desde el Sincro Ourense.

"En Ourense desapareció la gimnasia artística porque no hay una infraestructura adecuada"

Postura que comparten desde el Pabellón de baloncesto. A veces menos es más, también a la hora de acometer reformas. "Creo que en vez de realizar dos obras como fue la reforma del Anexo y ahora la que quieren hacer, deberían haber hecho obra una integral, porque con el dinero que van a gastar creo que podrían o ampliar la instalación o hacer una nueva", analiza Rodríguez.

En el caso del Pabellón de fútbol, también han aportado distintas ideas desde "lugares en los que podría emplazarse un nuevo campo cerca de Ourense. Es una pena que no apostemos por esto, porque nos beneficiaría a todos. Desde todos los sitios se está pidiendo que se haga deporte, que la gente tiene que ser activa y luego no hay donde practicarlo".

Pero la problemática no solo se queda en la pista o las piscinas. Los propios espectadores que acuden a ver algún partido o torneo a la pista central de Os Remedios, se encuentran con que buena parte de los asientos de la grada (a ambos lados de la zona central) principal son "ciegos". En Os Remedios una parte de los partidos no se ven.

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