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El Polígono se da una alegría a base de esfuerzo

Calviño y Josiño pelean por el balón con el jugador del Portonovo Miguel (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Calviño y Josiño pelean por el balón con el jugador del Portonovo Miguel (MARTIÑO PINAL).

Los amarillos lograron el primer triunfo del curso después de superar al Portonovo en un duelo trabado e intenso

POLÍGONO 1 - 0 PORTONOVO

 

Era una ocasión inmejorable para reivindicarse. Después de dos derrotas en el primer par de jornadas ligueras, el Polígono recibía en el Antonio González a un rival de "su liga". Otro recién ascendido, el Portonovo, se cruzaba en el camino amarillo. El técnico Rubén García se estrenaba al frente del equipo deseando que cumpliera un el dicho del entrenador nuevo que no siempre (o más bien pocas veces) se cumple. Pero esta vez sí. Hubo que sufrir. Hasta pasado el minuto 98. Pero la recompensa mereció la pena. Un gol de Borja en la primera parte marcó la diferencia. Después, pelea y esfuerzo para no dejar escapar lo que tanto había costado lograr.

El duelo empezó con susto. A los tres minutos el Portonovo tuvo la primera ocasión clara con un disparo de Iván que se fue cerca del palo. Replicó el Polígono con una volea de Óliver desde la frontal que no encontró premio.

Presionaban bien los locales, que pudieron armar ataques peligrosos gracias a robos de balón en la medular. Pero, aún así, estaba siendo un combate nulo.

Fue en el minuto 37 cuando llegó el desequilibrio. Pato se marcha por la izquierda, entra en el área y prueba fortuna con un disparo abajo, duro. El rechace del portero le cayó a Borja que, a placer, puso el 1-0.

Inyección de moral para los industriales, que aún sufieron un último susto antes de que se llegase al descanso.


Ida y vuelta


En la reanudación, el Portonovo quiso dar un paso adelante. El partido entró en fase de descontrol. Los cambios se sucedía pero nadie podía pausa. Los locales intentaban cazar una contra definitiva, y los pontevedreses sacar algo positivo de la tarde soleada.

Y llegó la polémica. Dos goles casi consecutivos anulados por al Portonovo fuera de juego crisparon el ambiente. Como resultado, el segundo entrenador visitante fue expulsado.

Llegaron los momentos del drama. Ya no había que reservarse nada pero, a estas alturas del curso, las piernas no andan sobradas de gasolina. Así que empujó el corazón.

La sentencia pudo llegar con un remate de Brais tras un saque de banda, pero no fue certero. Al otro lado, el Portonovo ya lo fiaba todo a un centro lateral o a una falta directa. Pero ni una cosa, ni otra. El marcador no se movió en los más de 98 minutos hasta los que se fue el cronómetro. Triunfo 1-0 de un Polígono que gana argumentos para creer en sí mismos. Ya sabe que para sumar hay que sufrir. Este domingo hizo un "doctorado" en eso. Pero será el camino a seguir si quieren pelear con armas suficientes por la permanencia.

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