BOLA EXTRA

Rodríguez Vaz: "Por el nivel, dan ganas de volver"

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photo_camera Luis Rodríguez Vaz, en una imagen de archivo, dirige un partido del Racing de Ferrol con el pie lesionado.

Rodríguez Vaz dirigió cuatro décadas la Escuela Gallega de Entrenadores, hizo debutar a Fran en el Dépor y dejó huella en Ourense

Hay partido mientras el árbitro no pite el final. A los 76 años el entrenador Luis Rodríguez Vaz mantiene la figura a raya, la cabeza con un orden táctico envidiable y la pasión por el fútbol intacta."Tengo el mismo mono desde la última vez que me senté en el banquillo". Han pasado casi dos décadas, pero habla como si todavía no hubiese deshecho la maleta a la espera de la llamada de un presidente en aprietos. No sería la primera ocasión, como cuando Manuel Rois le pidió en la temporada 96-97 que sustituyese a Antonio Teixidó en el último partido de Liga con el objetivo de mantener al Ourense en Segunda. Se plantó en O Couto al día siguiente con Ángel Vales de segundo entrenador. Tenía por delante 15 días de preparación, consiguió la salvación al vencer 2-3 en Almería y la temporada siguiente mantuvo la categoría sin tantos apuros tras liderar la clasificación durante cuatro jornadas. 

Aunque la vuelta resulte poco probable, el maestro de entrenadores conserva la forma. "Seguiré viendo fútbol por toda Galicia hasta que me muera y, como aprecio tantos errores –ojo, que yo también cometí algunos–, hay momentos en los que me dan ganas de volver". La retranca no oculta el recado a la nueva hornada de técnicos. "España es el país que produce más entrenadores del mundo porque no sólo pueden titular las escuelas federativas, sino también los centros privados. Ahora en muchos centros regalan los títulos de entrenador nacional como rosquillas". Luis Rodríguez Vaz fue compañero de promoción de Arsenio Iglesias y de Ferenc Puskás, "el más extraordinario en los trabajos prácticos y un fenómeno como persona" en una época "en la que era dificilísimo ser entrenador".

Hijo de militar y natural de A Fraira (Concello de Vilardevós) porque su madre prefirió dar a luz en su pueblo en vez de hacerlo en A Coruña, Rodríguez Vaz renunció a la carrera en el Ejército, en el que alcanzó la graduación de teniente coronel, para entregarse por completo al fútbol. "Fíjate si me gusta".Fue un amor correspondido. En el Deportivo estuvo 14 años. Dirigió dos veces al primer equipo en Segunda, del que también fue preparador físico y segundo entrenador después de pasar por los juveniles y el Fabril. Se convirtió en un clásico de los banquillos gallegos al ocupar los del Compostela, Racing de Ferrol, Endesa As Pontes, Lugo, Órdenes, Turista y Ourense, para concluir su carrera en el Chaves portugués. Además, permaneció durante 45 años en la Escuela Gallega de Entrenadores, los primeros doce como profesor y el resto como director. Pero cuando llega el momento de repasar las jugadas, la alternativa de Fran se impone en el recuerdo del aficionado. "A todos los futbolistas que he entrenado les tengo mucho cariño. La gente se fija en Fran y José Ramón, pero tampoco hay que ponerse medallas por hacer debutar a Fran con 17 años". 

Era una época en la que un equipo de Segunda como el Dépor entrenaba tres días a la semana en un campo de tierra del tamaño de "una caja de cerillas" en la parte de atrás de la Torre de Marathon de Riazor. "Había piedras y puntas de la reforma del estadio para el Mundial 82. Recuerdo que tuve que mandar que esparciesen un camión de arena para que los porteros no se lastimasen al entrenar. Cuando se escapaba un balón a la calle, a veces tenías que esperar a que un trabajador lo fuese a buscar para continuar con la sesión. Y a pesar de esas condiciones, todos los años sacábamos jugadores para el primer equipo". A más medios menos resultados. Así se explica la "decepción" que siente Rodríguez Vaz porque no salten a la élite más jugadores y entrenadores gallegos. Al Dépor ya no le ve solución esta temporada y cree que en Ourense tendría que haber un equipo potente en Segunda B con aspiraciones de ascenso. Le hubiese gustado entrenar al Celta y al Pontevedra para completar los banquillos de Galicia. El árbitro todavía no ha pitado el final.  

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