La San Martiño alcanza las 43 ediciones, una cifra que se dice pronto pero que viene a confirmar el arraigo social de la cita. En el recuerdo queda aquella primera edición cuyo pistoletazo de salida se hizo desde la Plaza Mayor.
La prueba se presentaba como exigente puesto que en el arranque de aquel primer recorrido había que subir hasta San Francisco, un ascenso importante. En aquella primera edición fueron poco más de 200 valientes y una gran cantidad de voluntarios, una de las claves del éxito, que controlaban el tráfico de los peatones.
Aunque esto sólo fue el comienzo, en sucesivas ediciones la participación no dejo de crecer. En la segunda edición, ya se duplicaron los participantes. Y en la cuarta, los corredores se contaban por miles. El prestigio de la carrera iba en aumento y las inscripciones crecían por miles con el paso de las ediciones. La idea de Julio Fernández y el recorrido por el centro de la ciudad atraía a los ciudadanos y a atletas foráneos.
Uno de los momentos claves en el prestigio de la prueba fue la edición de 2004 que contó con la participación del atleta keniata Peter Kamais. El campeón ganó la absoluta ante más de los 6.300 atletas que se dieron cita aquel año.
Los años siguientes los atletas africanos se vieron tentados de competir y algunos eran ya fijos. Llegaron a participar en tres ediciones y la Federación tomó cartas en el asunto para que la carrera diera oportunidades a atletas autonómicos y locales.
En las ediciones posteriores, Lolo Penas, Alejandro Fernández y Hassan Lekhili celebraron varios campeonatos. En los últimos tiempos se ha seguido incidiendo en el caracter popular de la cita para potenciar a los atletas locales y para involucrar a una ciudad en la que los más pequeños, con la carrera escolar y la de cativos, tienen la oportunidad de ser protagonistas.
