El Campus Ourense ha hecho de su estadio un muro frente al que se han estrellado prácticamente todos los equipos de División de Honor B hasta hoy
El Campus es un rodillo como equipo local. No es un secreto para ninguno de los rivales a los que se ha enfrentado en División de honor B esta temporada.
En su segundo año en la categoría de plata del deporte nacional, el equipo ourensano marcha invicto como anfitrión en el Universitario, derribando barreras y derrotando a equipos que el pasado curso se le habían resistido.
El balance es casi inmaculado. Partiendo de dos años en Primera división territorial en el que solamente cedieron un encuentro (el inaugural como anfitrión de la campaña 2014-2015 y sin derrotas en el año del ascenso, en el que firmaron un play off perfecto con pleno de triunfos y una sola derrota, contra Ferrol como visitante en liga regular), los ourensanos han ido engrandeciendo su fama de 'muro' contra el que se estrellan todos los contrarios.
En el año del debut en División de honor B, los de Monreal doblaron tres veces la rodilla como locales, las dos primeras ante Burgos y Bera Bera de San Sebastián y la última, hace ya casi un año (el domingo 26 de marzo de 2017) frente al Uribealdea de Mungia, por un claro 15-31.
Esta racha de victorias ha propiciado un nuevo dato. Ahora mismo solamente un equipo de División de Honor B que militase el pasado curso en la competición (el Bathco de Santander no entra en la ecuación al ser un recién ascendido que todavía no visitó el Universitario) ha sido capaz de sumar un triunfo en tierras ourensanas y fue, como no, el UBU Colina de Burgos (10-28), líder intratable de la competición y aspirante continuo al ascenso a máxima categoría. Un dato espectacular que habla de la solvencia de un Campus al que solamente le resta crecer lejos de su campo para aspirar a cotas mayores.
Las bajas, un problema
Los cinco puntos obtenidos ante el Bera Bera el pasado sábado tuvieron un peaje en forma de lesiones bastante elevado.
Jaime sufrió la rotura de la nariz durante la disputa del encuentro, Abraham se fracturó un dedo y Pam se perderá el próximo encuentro ante el Uribealdea por acumulación de tarjetas.
Además, Óscar Santórum todavía no se ha recuperado de sus molestias en la rodilla y el neozelandés Matt Kottier está a la espera de los resultados de una resonancia en la rodilla al sufrir inflamación cada vez que disputa un encuentro.
Un panorama complicado al que se enfrenta David Monreal antes de medirse a un rival que viene de dos victorias consecutivas, una ante el Universidad de Vigo, colista de la competición, y la segunda ante el tercer clasificado, el Zarautz.
