"Lo más difícil de todo fue estar tres semanas sin poder ver a mi mujer y mis dos hijas, además del estado de mi madre". A Xocas Miranda, entrenador del Tres Cuñados, la COVID-19 le tocó de lleno. Primero dio positivo su madre, que tuvo que ser ingresada, y días después él. Afortunadamente, ambos terminaron la convalecencia en una casa familiar. Xocas transita ahora entre la alegría por superar el coronavirus pero la incertidumbre respecto al futuro. "Hemos dado negativo y ya estamos en casa confinados, pero no nos dejan hacer nada. Se supone que ya eres inmune, pero yo aquí ya no me fío de nadie. Los protocolos de actuación han ido cambiando desde el principio, y eso genera muchas dudas, sobre todo por mi padre, porque es una persona con patologías previas. Todo es muy confuso, tanto a nivel deportivo, que es lo menos importante, como personal y profesional, porque se dice que hasta diciembre no habrá normalidad, y en mi empresa (textil, con dos puntos de venta) he tenido que hacer un ERTE con las empleadas".
Por si fuera poco, ayer una mala noticia para el club, por la muerte del padre de Roberto, segundo entrenador del equipo.
