Alemania quiere acabar con la obsesión por el cuarto título

Foto de familia de la selección alemana de fútbol. Foto: EFE/Andreas Gebert
Alemania encara la Eurocopa con el ansia de lograr su cuarto título europeo que en esta ocasión no sólo es un objetivo claramente definido, sino también una obligación tras venir acumulando segundos y terceros lugares desde 2002.
La fase de clasificación le permite ser optimistas a los dirigidos por Joachim Löw, que se mostraron intratables durante las eliminatorias en la que contaron sus partidos por victorias y sacaron el billete para el torneo con 34 goles marcados en 10 compromisos y sólo 8 tantos en contra.

Conducido por el madridista Mesut Özil, rey de las asistencias con siete, y con Miroslav Klose como su máximo goleador con 9 tantos, Alemania además mostró un juego convincente y un alto grado de confianza en sí misma.

No obstante, está claro que en la Eurocopa, ya desde la fase de grupos Alemania se encontrará con rivales de mayor envergadura que los de la clasificación, en la que Turquía, Austria y Bélgica eran los contrarios más peligrosos.

Ninguno de los tres está a la altura de los que se encontraran los del Löw en el grupo 'B', llamado 'de la muerte' -con Holanda, Portugal y Dinamarca- en el que tendrán que rendir al máximo prácticamente desde el primer partido para no despedirse prematuramente de su sueño.

El ayuno de títulos para los alemanes ya es largo -el último fue el de la Eurocopa de 1996- y hay ya quienes han expresado su preocupación de que el gen ganador haya empezado a borrarse del ADN germano tras una acumulación de segundos y terceros lugares en los últimos torneos disputados.

La derrota del Bayern Múnich en la final de la Liga de Campeones ha agudizado esa preocupación y muchos se preguntan, pese a la evidente calidad que hay en el fútbol actual, si no hacen falta en este equipo jugadores que resuelvan los partidos a punta de voluntad y temperamento.

Bastian Schweinsteiger suele ser considerado como el 'líder espiritual' del equipo, pero que su liderazgo es mucho más silencioso que el que ejercieron en otros tiempos jugadores como Mathias Sammer, Lothar Matthäus, Rudi Völler, Paul Breitner o Franz Beckenbauer.

El otro líder es el defensa y capitán Philipp Lahm, que es incluso más silencioso que el propio Schweinsteiger.

Los optimistas dicen que Alemania tiene actualmente su mejor selección de la historia desde el punto de vista técnico. Los escépticos, por su parte, extrañan las viejas 'virtudes alemanas' -espíritu de lucha, hambre de victoria, etc- que en momentos claves pueden ser definitivas.

La obsesión por lograr el título en parte es una rebelión contra ese escepticismo de algunos y también contra cierto conformismo que ha llevado a que se celebren como triunfos segundos y terceros lugares.

Alineación tipo:


Neuer; Lahm, Hummels, Badstuber, Schmelzer; Khedira, Schweinsteiger; Müller, Özil, Podolski; y Klose.

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