Por las manos de José Luis Torrado Casal (Mugardos, 1935) han pasado muchos deportistas de elite, políticos o toreros a los que ha conseguido curar aplicando fórmulas ancestrales de la medicina natural.
"Nunca he fallado a ningún paciente. Yo no hablo por hablar, ahí están los hechos. Otra cosa es que mucha gente no lo quiera ver", explica.
Ex campeón de España de los 400 metros lisos en 1957, Torrado es un autodidacta que se muestra muy crítico con los métodos de recuperación que se emplean en la actualidad con los deportistas.
"Yo me he dedicado de lleno a la recuperación de rotura de fibras, tendinitis, y estas lesiones se curan en una semana. Es vergonzoso que ahora los jugadores de fútbol se pasen casi dos meses sin competir por estas cosas", indica el naturópata gallego, que se ensaña con el fracaso de la selección española en el Mundial de Brasil.
"¿Cómo es posible que el seleccionador llevara a medio equipo lesionado a Brasil? Piqué, por poner un ejemplo, estuvo un mes y medio sin competir por una rotura de fibras. Yo en una semana lo hubiera recuperado y llegaría en perfectas condiciones al Mundial. De eso no habla nadie porque no interesa", lamenta.
A Vicente del Bosque y al médico de la selección, el pontevedrés Juan José García Cota, los conoce bien porque "los he tratado a los dos cuando eran futbolistas", y por eso le molesta que no hayan confiado en él: "Algún día deberían de explicar por qué lo hacen. No se dan cuenta del daño que le han hecho al equipo".
Sus famosos emplastos de Aromas de Xeve le han dado un prestigio del que él prefiere escapar.
"A mi edad yo no quiero ninguna medalla ni ningún reconocimiento, pero me duele ver lo que está pasando. Yo admiro la medicina pero es imposible que un jugador que estuvo parado un mes y medio luego rinda en un Mundial. No está ni para jugar al parchís".
Torrado, que además ha sido preparador físico, tampoco entiende el viaje que el delantero del Atlético de Madrid y de la selección española, Diego Costa, realizó a Serbia para ser examinada por la "doctora milagrosa" Marijana Kovacevic.
"A esa mujer la conoce todo el mundo y no ha hecho nada. ¿A qué ha ido ese futbolista allí si regresó lesionado? ¿Y para qué lo llevan al Mundial si no está recuperado?", se pregunta Torrado, quien puede presumir de haber participado en cinco Juegos Olímpicos como recuperador.
"En México 68, el italiano Giuseppe Gentile andaba todos los días cojeando por la Villa Olímpica. Me pidieron que lo atendiera porque tenía unos problemas musculares que no conseguía superar. En cinco días estaba como nuevo y luego batió el récord del Mundo en triple salto", rememora.
"Los jugadores de la selección española de baloncesto que quedó campeona del Mundo en 2006 y fue plata en la Olimpiada de China se recuperaron casi todos con mis hierbas. Pero eso a muchos médicos y recuperadores les duele, les fastidia, por eso me ponen todas las zancadillas que pueden", añade.
Recuerda a casi todos los deportistas que ha recuperado: "Si hablamos de fútbol, Butragueño, Raúl, Míchel Salgado, Del Bosque, Camacho, Pirri, Víctor Muñoz, Patxi Salinas; atletas como José Luis González Sánchez, María Abakúmova, Alejandro Gómez; baloncestistas como Tkachenko Brabender, los hermanos Sagi Vela; triatletas como Iván Raña"...
Muchos reclamaban sus servicios "a escondidas" de sus clubes: "Lo tenían prohibido por los servicios médicos o los fisioterapeutas. A Pontevedra venían de noche para que no los vieran. Todos los problemas que yo he tenido en mi vida fueron porque recuperaba a la gente en pocos días y otros tardaban meses en recuperarlos o los daban por irrecuperables".
Los múltiples viajes que realizó por el mundo le permitieron aumentar sus conocimientos: "En China, que es la madre de la medicina natural, descubrí las virtudes de las hierbas regenerativas y sus propiedades antiinflamatorias; y en México conocí la papaína, el aceite de papaya".
A pesar de su avanzada edad -está a punto de cumplir 80 años-, Torrado sigue las lesiones importantes de algunas deportistas y cómo van sus recuperaciones: "A Nadal lo están matando a infiltraciones y a mí me da pena. No lo he visto porque está rodeado de una panda de chupones, pero tendinitis como la suya he curado muchísimas".
En 1998 Pedro Escamilla publicó 'Un luchador contra el dolor', una minuciosa biografía de quien pasó a ser conocido como "O Bruxo" por su maestría en recuperar lesionados.
"Ese apelativo me lo puso el jugador de baloncesto Emiliano Rodríguez en una entrevista que le hicieron. Tenía una lesión que le impedía jugar, lo pusieron en mis manos, lo recuperé y pudo ir a la Olimpiada. Yo no inventé nada, llevo más de 50 años recuperando a deportistas, duela a quien le duela", sentencia.
