El maestro de yoga Mádhana y el doctor Juanjo Crespo dan las claves para la travesía de 24 horas

Chano, en cuerpo y mente

El maestroMádhanay su alumno Chano llevan años colaborando. Foto: lydia
Ambos están acostumbrados a tratar con deportistas de primer nivel, que engullen retos como quien pasea. Y llevan ya años colaborando con Sebastián ‘Chano’ Rodríguez, que este fin de semana afronta el reto de realizar una travesía de 24 horas por la Ría de Vigo. El maestro Mádhana se ocupa de la mente; el doctor Crespo, del cuerpo. La frontera es difusa.
Una empresa como la travesía a nado en la Ría de Vigo durante 24 horas adquiere casi el rango de sobrehumana. Pero nada más lejos. Un hombre, parapléjico y mayor de 50 años, es el que afronta el reto este fin de semana. Sebastián ‘Chano’ Rodríguez tiene en mente este reto desde hace años y se ha rodeado de los mejores especialistas para lograrlo. Simplificando, Juanjo Crespo cuida de su cuerpo; Mádhana —Manuel Agulla— cuida de su mente. ‘Desde el momento en que toma la decisión de hacer esta travesía, se convierte en un pensamiento prioritario y hay que trabajar desarrollando el poder de la mente y el pensamiento positivo’. Quien habla es el maestro de yoga vigués Mádhana, colaborador de Chano desde hace años. Para él, ‘la cuestión mental es lo más importante’, y apunta al positivismo porque ‘dadas sus condiciones físicas, se encuentra con dificultades. Pero, en vez de ver obstáculos, tiene que lograr seguridad en la acción’, señala. El maestro yóguico trata de potenciar ese poder mental. ¿Cómo? Por ejemplo, con la técnica de la visualización: ‘Es una simulación mental, pero que tiene repercusión en el organismo. Da cuenta de la interacción mente-cuerpo. La visualización provoca reacciones fisiológicas. Se trata de usar unas pautas de conducta psico-fisiológicas’, reflexiona. Como la frontera entre mente y cuerpo es difusa, el yoga también le sirve a Chano como método de resistencia orgánica. Mádhana habla de ‘respiración —específica para largas distancias— y relajación, además de ejercicios de movilidad articular. Hay que conseguir que ciertos procesos durante la travesía le permitan la recuperación’. Esa reserva psicológica también es valorada por Juanjo Crespo, a pesar de no ser su campo de acción: ‘Gente como Chano tiene una capacidad de sufrimiento realmente increíble’. Evitarlo hasta cierto grado es su trabajo, centrado en la alimentación e hidratación tanto antes —con unas pautas ya marcadas desde hace meses y en las que colaboran los médicos del comité paralímpico— como durante la travesía. El afán de este médico deportivo es que la pérdida de líquidos y energética sea controlada y no impida la consecución del reto. Para ello, entre brazada y brazada Chano tendrá que beber y alimentarse. Pero con mesura: ‘Quedarse corto es malo, pero si te pasas es peor’, aclara Crespo.

Pauta de alimentación

La pérdida de líquidos y sales se puede compensar bebiendo. Pero la de carbohidratos hace que sean necesarios geles o papillas, que tienen la cualidad de resultar más digeribles que otros alimentos sólidos. ‘Lo ideal sería consumir grasas y no glucógeno, pero eso es imposible. En principio —comenta el doctor—, se realizará una ingesta cada dos horas o dos horas y media y siempre en pequeñas cantidades’. Evitar las temidas molestias gastrointestinales, con el hándicap de tragar agua salada, será otra de las reglas básicas. Y otro muro que saltar es la somnolencia y la fatiga. Contra ellas, ‘los geles llevan proteínas —más estimulantes que los carbohidratos— y la bebida llevará también cafeína en pequeñas dosis’. Pulir cuerpo y mente por separado pero como un todo llamado Chano. El récord Guinnes le espera. Si no, el orgullo propio y ajeno de volver a derrumbar muros físicos y psicológicos.

Te puede interesar