El madrileño ataca en el único puerto de la jornada, de segunda, y le recorta más de un minuto a Andy Schleck, el gran derrotado

Contador agita el Tour

Contador, en el momento de entrar en meta junto al asturiano Samuel Sánchez (Foto: Albir)
Alberto Contador alzó la voz a las puertas de los Alpes con dos ataques en el único puerto de la decimosexta etapa, a 11 kilómetros de meta, que sirvió para reducir diferencias con sus rivales, a excepción del australiano Cadel Evans, el único que se rebeló en una etapa que se adjudicó Hushovd.
El noruego se adjudicó el triunfo por delante de su compatriota Hagen y del canadiense Hesjedal, componentes de la fuga que se fraguó en el kilómetro 70. Por detrás la carrera llegaba rota. Alberto Contador reventó el grupo de favoritos en el ascenso del Col de Manse, de segunda categoría, a 11 de meta, con un ataque a 3,5 kilómetros de la cima que tuvo continuidad en un ritmo elevado, que hizo daño entre muchos de sus enemigos.

El madrileño, obligado a la estrategia ofensiva para compensar su retraso en la clasificación, estaba loco por atacar y en la primera e inesperada oportunidad no paró hasta descolgar a los hermanos Schleck y a Basso.

Sólo se resistieron Evans y Samuel Sánchez, con el que habló Contador para colaborar en la estrategia que consistía en coronar el puerto (lo hicieron con 20 segundos sobre el resto de favoritos) y tirar a bloque hasta Gap, sobre una carretera mojada y peligrosa. Objetivo, empezar a limar tiempo. Y mandar un mensaje de supervivencia.

Contador cumplió con el objetivo y Evans demostró que está pletórico de forma y que es el rival a batir. El australiano fue el más valiente en el descenso y se distanció del dúo español. Arañó tres segundos. Otro aviso.

A 18 segundos del madrileño pasaron el francés Voeckler, que aguantó un día más el maillot amarillo, y Frank Schleck, más fuerte que su hermano Andy, el gran perjudicado, con un retraso de 1.06 minutos.

'Estoy contento con el resultado porque las diferencias han sido mayores de las esperadas. Pensaba atacar y he probado por si alguno fallaba. Una pena que Samuel haya estado justo de fuerzas porque si no la ventaja hubiera sido mayor', explicó Contador.

No hizo falta llegar a los Alpes ni a las citas claves del Galibier y Alpe D'Huez. Las etapas llamadas de transición a veces van cargadas con dinamita. Si no son las caídas las que hacen diferencias son ataques inesperados como el de Contador en el Col de Manse. La etapa marchaba tranquila y bajo guión. Pocos esperaban ver en acción al vencedor del Giro. En el puerto, de 9,5 kilómetros al 5,6 por ciento de desnivel, todo voló por los aires. Mientras Hushovd festejaba su décima victoria de etapa en el Tour de Francia, tres corredores, Evans, Contador y Samuel Sánchez, volaban en la bajada para causar los mayores destrozos posibles.

Era la etapa que discute el podio de París, la que estaba dejando al descubierto las miserias de Andy Schleck y del italiano Ivan Basso, que también se dejó tiempo, 51 segundos.


UN LÍDER DE PAJA

Voeckler volvió a sufrir y luchar como un titán. Se ha pegado como una lapa al jersei amarillo, aunque ni él mismo crea en sus posibilidades.

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