Dan por fallecidos a los alpinistas desaparecidos

Los tres alpinistas españoles perdidos desde el pasado domingo día 21 en el Gasherbrum I, en la cordillera del Himalaya, el gallego Abel Alonso y sus compañeros Xevi Gómez y Álvaro Paredes, fueron ayer dados por fallecidos por el equipo de rescate que les buscaba.
El riojano Alfredo García, que les acompañaba pero que logró bajar tras no hacer cumbre, informó en un comunicado que tras un último intento de buscar a los alpinistas se les dio por fallecidos.

El comunicado especifica que ayer 'en un último intento de localizar con vida' a los alpinistas y 'dada la climatología adversa existente durante estos días en altura' se confirmaron 'las peores expectativas' y se dio por fallecidos a Gómez, Paredes y Alonso.

'No se puede continuar la búsqueda de los cuerpos', indicó el responsable de Aragón Aventura, la organizadora de la expedición, quien añadió que es 'peligroso el acceso y no se puede poner en riesgo a otros expedicionarios'.

La expedición partió a finales de junio con 11 alpinistas españoles, la mayoría de ellos con experiencia en ascenso de ochomiles.

Tras un periodo de aclimatación y tras equipar con cuerdas una zona llamada 'el corredor de los japoneses' cinco de los alpinistas decidieron emprender el ascenso a la cumbre a finales de la semana pasada, mientras el resto permanecía en uno de los campos base, por problemas gástricos.

En la madrugada del pasado domingo 21 de julio los cinco montañeros afrontaron el tramo final del ascenso, pero dos de ellos, el riojano Alfredo García y el catalán David López, decidieron regresar a cien metros de la cumbre, debido al cansancio y a las malas condiciones climatológicas.

En el descenso López y García se separaron, el primero alcanzó el campo base y el segundo, desorientado, pasó la noche a la intemperie a unos 7.500 metros de altura.

En las primeras horas del lunes 22 García recibió desde Logroño las coordenadas del Campo 3, a 7.200 metros, y una vez que pudo usarlas con su GPS llegó a él.

Permaneció en ese campo más de dos días, solo, y en una de sus llamadas telefónicas a Logroño reconoció que no sabía nada de los tres compañeros que, en teoría, debían llegar a ese campo tras él.

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