BOLA EXTRA

Aquel fútbol de camiseta por dentro

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photo_camera Un partido en el estadio de O Couto entre el CD Orense y Las Palmas en la temporada 95-96 (i) y varios jugadores de la selección celebran un gol (d).

La FIFA recomendó en el Mundial 86 que los jugadores no vistiesen la camiseta por fuera del pantalón por "educación y vistosidad", hoy la llevan todos

Poco antes de principiar el Mundial de México 1986 que acabaría encumbrando a Diego Armando Maradona como el 'D10s' del fútbol hasta que Lionel Messi estuvo en condiciones de disputarle el reconocimiento de mesías entre los fieles de la pelota, la FIFA cursó una recomendación: los jugadores tenían que vestir con la camiseta por dentro del pantalón por educación, vistosidad y cuestión de imagen. El francés Michel Platini, otra de las estrellas del campeonato, fue de los primeros en desatender públicamente la recomendación, según publicó Emilio Pérez de Rozas en 'El País' en el mes de mayo de ese año. "Me siento bien jugando de esa manera. Es mi estilo y así jugaré este Mundial. Además, jugando así, no hago daño a nadie".

La camiseta por fuera del pantalón desprendía una imagen de rebeldía y habilidad que representó como pocos George Best, el genial e indisciplinado extremo norirlandés del Manchester United y Balón de Oro en 1968. Pero la mayoría de los futbolistas ya seguían el consejo de la FIFA sin necesidad de pedírselo porque era una manera de delatar un agarrón en el caso de que el árbitro tuviese dudas sobre el lance del juego. 

Sin embargo, el organismo que dicta las normas por las que se guía el fútbol mundial, nada recomendó sobre el uso de las espinilleras que años después serían obligatorias. Así, era habitual ver a jugadores de la selección española como Gordillo o Ramón María Calderé con las medias caídas. Así anotó el por aquel entonces centrocampista del Barcelona dos goles contra Argelia en la primera ronda del Mundial celebrado en México en la que España acabó cayendo en cuartos contra Bélgica en la tanda de penaltis. Calderé tuvo que recuperarse de la Venganza de Montezuma, una afección intestinal provocada por una bacteria que se encuentra en el agua, agravada por una neumonía y de un positivo por dopaje del que finalmente fue absuelto al tratarse de un principio del jarabe Bisolvon que le administraron durante su comparecencia hospitalaria. La sanción se quedó en una amonestación al equipo médico de la federación y Calderé pudo marcar dos goles con las medias caídas. 

Eso sería imposible cuatro años después, cuando la FIFA obligó a los futbolistas a ponerse espinilleras para protegerse de lesiones. Pero no sólo quería a jugadores sanos, sino también con una indumentaria vistosa y educada. La desobediencia de los descamisados se pagaba con tarjeta amarilla y en los campos, también del fútbol aficionado, todos vestían con la camiseta por dentro. "El reglamento exigía llevar la camiseta por dentro y a alguno le costó adaptarse", comenta el ourensano Bernardino González, excolegiado de Primera División, internacional y presidente del comité técnico gallego de árbitros desde 2015. "En lo personal yo no recuerdo que haya amonestado a algún jugador, pero sí sé que algún compañero lo hizo", añade. "Inicialmente había cuestiones disciplinarias que podían parecer más importantes, pero como árbitro tienes que aplicar el reglamento aunque no estés de acuerdo o lo consideres desproporcionado, pero no era una cuestión de gustos. Ahora hay con esto más flexibilidad".


'DISEÑITIS'


De las tretas de los jugadores como recortar la camiseta para que no tapase el número del pantalón y regatear así la norma, se ha pasado a unos diseños que casi resulta obligatorio llevar la elástica por fuera, tanto en el fútbol profesional como en el aficionado. Las marcas de material deportivo cuando no se ajustan a la moda la imponen y el fútbol actual se maneja como un negocio. Las botas de color negro son ya una excepción y ahora los pies de los futbolistas componen un auténtico arcoíris sobre el tapete verde incluso en el deporte aficionado. 

Desde que se propagó el diseño de la camiseta ceñida al cuerpo y más corta que popularizó la selección italiana, la única exigencia que impone la FIFA es que tenga mangas. Y acotó la 'diseñitis' porque el combinado de Camerún saltó al campo para enfrentarse a Mali en la Copa Africana de Naciones de 2002 con elásticas sin mangas como las clásicas que emplean los jugadores de baloncesto. El máximo organismo mundial que marca las pautas del fútbol también recoge en el apartado 12 de las Reglas de Juego 2016/17 que “se deberá amonestar a un jugador por quitarse la camiseta o cubrirse la cabeza con ella” a la manera que acuñó Rivaldo en la celebración de sus goles. La pelota continúa girando cada domingo como una metáfora planetaria. Y si resulta difícil encontrar al personal por la calle con la camiseta apretada por el cinturón, en un campo de fútbol sucede prácticamente lo mismo, aunque la nostalgia a veces se vuelva hacia aquel fútbol sin espinilleras y la camiseta por dentro.

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