Fútbol

Dos gallegos, en la semifinal del Mundial de Qatar con Marruecos

La selección de Marruecos celebra el pase (EFE).
photo_camera La selección de Marruecos celebra el pase (EFE).

Los preparadores físicos de Marruecos, de Vigo y Redondela, disfrutan, desde dentro, la clasificación para la semifinal del Mundial

 

Una conversación entre Eduardo Domínguez y Juan Solla antes de iniciarse el Mundial podría ser algo así como “te imaginas que llegamos a la final”, diría uno. “Estaría bien, estaría bien, pero no creo”, contestaría el otro con un ojo puesto en el calendario para saber si podría pasar el puente de diciembre con la familia. Ninguno de los dos viajó la pasada semana por turismo porque se encuentran, contra todo pronóstico, en Qatar, con la selección de Marruecos en las semifinales de la Copa del Mundo. Eduardo Domínguez, preparador físico, y Juan Solla, su ayudante. 

“Lo estoy viviendo como un afortunado y con mucha ilusión. No es algo habitual y no es sencillo que pase. Te tiras muchos años trabajando y, en este caso, Edu (Domínguez) contó conmigo para este proyecto. Cada partido es una fiesta, una alegría y lo disfrutamos mucho. El camino es fantástico”,  explica el técnico redondelano, que se unió al equipo para la cita catarí de la mano del experto vigués, que entró en verano como preparador físico principal para debutar en un Mundial. “Estos días los estamos viviendo con una felicidad inmensa. Desde el punto de vista personal y profesional, alcanzar la semifinal de la Copa del Mundo es sentir una plenitud y una satisfacción muy grande. Estamos muy contentos, pero con una alegría contenida para no desviarnos del camino y preparar bien el partido contra Francia”, describe Eduardo. 

Los primeros días estuvieron marcados por la tranquilidad, pero todo cambió “a raíz de la eliminación de España. Fue un impacto importante. Empezamos a llamar mucho la atención. Resultó el momento más intenso. Que Marruecos pasara de grupo podía entrar dentro de las posibilidades, a pesar que de que teníamos a Bélgica y a Croacia. Pero eliminar a España y, ahora a Portugal, ya nos hace ser la revelación de la Copa del Mundo”, relata con claridad Edu Domínguez

Un éxito absoluto y que, para Domínguez y Solla, conlleva una enorme responsabilidad. Son muchas las llamadas y mensajes de felicitación que llegan desde España, pero también las reuniones, la recopilación de datos y las conversaciones con los jugadores. “Entre partidos es un ciclo que se repite de tres días. Los jugadores que no lo juegan, entrenan por su cuenta el día siguiente al encuentro y el segundo. No es hasta el tercer día en el que juntamos a toda la plantilla porque los titulares hacen dos días de recuperación”, explica Domínguez. De esta forma, Marruecos afronta con un único entrenamiento específico el duelo contra Francia. Es la rutina. “En el partido de España y en el de Portugal hemos tenido muy poco el balón y, con nuestro estilo, requiere un gran desempeño físico. Se está consiguiendo y, como comenta Edu siempre, cuando las piernas no dan, estamos encontrando un espíritu de equipo muy fuerte que es complicado de encontrar en otros. Ese extra de motivación, de grupo, permite al equipo mantener un ritmo alto hasta el final del partido", relata Juan Solla. 

Un esfuerzo que, tras cada encuentro, se traduce en fatiga. Y este elemento va creciendo hasta el punto de que “hay una evaluación casi individual. Intentamos atender a las características propias de cada uno. Algunos recuperan pronto, pero otros tienen más problemas para hacerlo porque son más veteranos. Dependemos de esas particularidades”, precisó Edu Domínguez.  Y, dentro de estos elementos propios de cada futbolista, hay “mucho trabajo detrás”. Los preparadores físicos trabajan en la recuperación y el mantenimiento de los futbolistas, pero también tienen su labor fisioterapeutas y médicos para “tratar en los momentos de descanso cualquier posible lesión que pueda existir”. Y, dentro del grupo, Domínguez y Solla tienen que acertar, especialmente, con los suplentes porque “se van cayendo algunos jugadores con los partidos y los que entran tienen que estar a punto para rendir al máximo nivel”, concluye el vigués.

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