Con la mente en blanco

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El invierno se acerca o Winter is coming para dos millones de deslizadores en España. El puente de la Constitución a principios del mes de diciembre marca el comienzo de la temporada. La anticipación es clave y por ello desde semanas antes se van renovando los equipos y realizando las correspondientes reservas.

Carlos juega con su hija Erika en la playa. Con la arena han construido un imponente muro de contención rematado con torres almenadas y todo que en pocos minutos pasará la prueba de fuego, o de agua. Cuando suba la marea verán si se cumple lo que dice mamá, que con la primera ola se vendrá abajo porque la naturaleza siempre será más poderosa que la mano del hombre. La pequeña confía en la resistencia de su castillo pero hace rato que su papá ha entregado las llaves del fortín, ha capitulado y ha puesto sus miras hacia territorios más altos.

La arena pegada a los pies, el refrigerio del chiringuito y las puestas de sol desde la tumbona están muy bien pero lo que realmente apasiona a Carlos es deslizarse cuesta abajo, llevar realmente el control y sentirse libre practicando uno de los deportes más apasionantes que existen, el esquí. El relax propio de las vacaciones deja paso a una rutina en la que volvemos al cole y al trabajo, a estudiar ingles, al gimnasio y a coleccionar algo, y si son emociones, tanto mejor.

Un descenso sobre la nieve comienza justamente con el primer pensamiento para preparar la expedición. Es un ritual que se disfruta a cada paso. Rescatar el equipo del desván, limpiarlo y empaquetarlo, elegir el destino, hacer la reserva y procurarse la mejor compañía con familia y amigos.

Divertirse es saludable y si es esquiando, más. Los expertos atribuyen a esta práctica importantes propiedades terapéuticas: tonifica el cuerpo, ayuda a perder peso, protege frente a enfermedades cardiovasculares, desarrolla la fuerza y mejora la resistencia física, la flexibilidad, la agilidad, la coordinación, el equilibrio y la concentración, relajando los músculos y disminuyendo el estrés.

Y eso que tardamos en enterarnos. Pese a ser España el segundo país más montañoso del continente, la práctica del esquí llegó tarde con respecto a otros países de Centroeuropa. Según la Asociación de Escuelas, Profesores y Entrenadores de Deportes de Invierno (AEPEDI) los primeros esquiadores aparecieron poco antes de 1910. Las escasas personas que lo practicaban eran miembros de los clubes de montaña que empezaban a surgir por aquella época. En los años treinta se crean pequeños grupos de aficionados que practican el esquí en La Molina, Navacerrada, Nuria, Candanchú, Pajares y Sierra Nevada. La mayoría de ellos estaban formados por autodidactos o por esquiadores que habían recibido enseñanzas de extranjeros procedentes de países nórdicos y alpinos desplazados a España generalmente por motivos de trabajo.

Con el transcurso del tiempo, nuestro país  se ha convertido en uno de los destinos preferidos por los apasionados a este deporte. Sus recursos naturales, sumado al buen clima y el desarrollo de las infraestructuras, con las tecnologías de la información y la comunicación, permiten al esquiador programar con rigurosa exactitud sus vacaciones en la nieve. 

El invierno se acerca o Winter is coming para dos millones de deslizadores en España. El puente de la Constitución a principios del mes de diciembre marca el comienzo de la temporada. La anticipación es clave y por ello desde semanas antes se van renovando los equipos y realizando las correspondientes reservas. Una buena opción es Grandvalira, una estación de esquí que, gracias a la gran superficie que comprende, cuenta con seis sectores todos enlazados entre sí, con diferentes perfiles y servicios, por lo que un esquiador puede recorrer todo el dominio esquiable de la estación sin quitarse los esquís en ningún momento. Los diferentes puntos de entrada se encuentran entre los pueblos de Encamp y Pas de la Casa y la mayoría de accesos están adaptados para personas con movilidad reducida.

El repertorio de estaciones es amplio y las posibilidades infinitas para disfrutar practicando el esquí alpino (con bajadas más o menos pronunciadas de las montañas), snowboard o del esquí de fondo, una disciplina que cada vez está ganando más adeptos en nuestro país al tratarse de un deporte de bajo impacto. Además, cuentan con las mejores ofertas de ski 2016-2016.

Los más experimentados coinciden en que el esquí es una actividad que engancha con fuerza, por el ambiente único en que se vive y el contacto con la naturaleza. Su práctica supone desafiar la ley de la gravedad y manejar variables como la velocidad, el estado de la nieve, por lo que es importante la preparación física del practicante. Lo más probable es que su primera incursión en el manto blanco el novato se vaya al suelo en una o en más ocasiones, aunque los especialistas en medicina deportiva destacan que el esquí no es de los deportes de más riesgo, y la mayoría de los incidentes son leves.

En cuanto al precio del material necesario, varía en función de su calidad. Lo normal es que quienes se inician en este deporte se ‘bauticen’ con equipamiento prestado o de alquiler para, más tarde, cuando el gusanillo anide en su interior, pasen a completar un buen fondo de armario. No es el caso de Carlos, que con los años ha ido mejorando su equipo de la cabeza a los pies. Su castillo de arena sucumbió a las mareas y mientras consuela a Erika traza un plan para conquistar las montañas nevadas. Definitivamente tiene la mente en blanco.

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