Polémicas olímpicas: medallas por los suelos y niñas cantoras

El luchador sueco Ara Abrahamian, debajo, durante su enfrentamiento con el italiano  Andrea Minguzzi, origen de su enfado. (Foto: R. Yongrit)
Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 ya han tenido en la primera semana varias polémicas para añadirle 'jugo' a lo puramente deportivo. Una involucró a dos niñas y la más reciente, una pobre medalla de bronce que terminó por los suelos. La medalla fue arrojada anoche al suelo del Gimnasio de la Universidad de Agricultura de Pekín, sede de las pruebas de lucha, por el deportista sueco Ara Abrahamian, quien ayer, jueves, protagonizaba un monumental cabreo en las finales de peso medio (menos de 84 kilos).
Abrahamian, plata en Atenas 2004, viajó a Pekín con la obsesión de hacerse con un oro, y no sólo no consiguió mejorar la posición de los pasado Juegos, sino que bajó un puesto en el escalón del podio.

El luchador de grecorromana no quedó nada contento con su actuación, se quejó del mal arbitraje en su semifinal perdida ante el italiano Andrea Minguzzi, y en la entrega de medallas protagonizó uno de los gestos más antideportivos de los actuales Juegos.

Después de recibir la medalla y dar la mano a las personalidades que se la entregaron, Abrahamian se bajó del podio, saludó al respetable, tiró la presea de bronce en el centro de una de las pistas de lucha y se marchó dejando atónitos a todos.

'No me importa esta medalla, yo quería el oro', aseguró el iracundo medallista, que hablaba de completo 'fracaso' en Pekín e incluso anunciaba su retirada del deporte que tantas alegrías le había dado.

La medalla, mientras, era devuelta al Comité Organizador, mientras Minguzzi, que a la postre se llevó el oro, criticaba el mal gesto de su rival y los responsables del deporte prometían una investigación sobre la polémica.

La espantada de Abrahamian es una de las muchas controversias que suelen rodear siempre a los Juegos Olímpicos para 'añadir sal' a las largas jornadas deportivas. No es la primera que aparece en Pekín y definitivamente no será la última.

Todavía está en boca de todos el caso de Lin Miaoke, la encantadora niña de coletas que 'cantó' en la ceremonia de inauguración, verbo que ha de ir entrecomillado porque sólo movía los labios y la que de verdad entonaba la melodía era otra niña, Yang Peiyi.

Al parecer, los organizadores de la espectacular ceremonia de inauguración, que asombró a medio mundo, decidieron que Yang, de cara regordeta y dientes no del todo bien alineados, no daba el perfil para 'asombrar al mundo' y escogieron para ello a la casi perfecta Lin.

El 'cambiazo' fue revelado por el compositor de la música para la ceremonia, el francés de origen chino Chen Qigang.

Pese a la indignación que en algunos ha creado, la decisión de excluir a la auténtica niña cantante fue apoyada hoy, en aras del espectáculo, por el propio Comité Olímpico Internacional.

Y finalmente, algunas polémicas han afectado directamente al equipo español: la peor, claro está, ha sido la de que el primer caso de dopaje de estos Juegos lo protagonizara una española, la ciclista Maribel Moreno, que 'huyó' de China antes de saberse los resultados alegando un 'ataque de ansiedad'.

Menos grave ha sido la publicación en el periódico británico 'The Guardian' de una foto publicitaria del equipo de baloncesto español estirándose los ojos para parecer chinos, una pose según los jugadores 'cariñosa' que el diario inglés en cambio calificó de 'insulto' a la civilización china.

Los chinos apenas se han interesado en esta polémica, ya que muchos desconocen que ese gesto signifique algo, pero la prensa británica y la estadounidense han entrado al trapo e incluso han llegado a exigir al equipo español que pida disculpas públicamente (al parecer, en los países anglosajones ese gesto podría ser ofensivo).

Esta controversia ha irritado a los jugadores españoles, e incluso a la Federación, que contempla tomar medidas legales contra 'The Guardian'.

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