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"Red Army", el hockey contra la Guerra Fría

El prodigioso cinco de la URSS de los 80: Makarov, Fetisov, Larionov, Krutov y Kasatonov.
photo_camera El prodigioso cinco de la URSS de los 80: Makarov, Fetisov, Larionov, Krutov y Kasatonov.
"Red Army" es un trabajo del director Gabe Polsky sobre la selección de hockey sobre hielo de la Unión Soviética que, entre 1963 y 1991 ganó 20 de 25 Mundiales y 6 de 7 Juegos Olímpicos disputados

Casi de incógnito, quizá para no molestar, Television Española emitió durante una noche del pasado verano el documental "Red Army".

"Red Army" es un fantástico trabajo del director Gabe Polsky sobre la formidable selección de hockey sobre hielo de la Unión Soviética que, entre 1963 y 1991 -año de la disolución de la URSS- ganó 20 de 25 Mundiales y 6 de 7 Juegos Olímpicos disputados.

Un equipo educado en un juego total, con tácticas de ajedrez o movimientos de ballet, diseñado por el excepcional entrenador Anatoly Tarasov. Un estilo de pura creatividad en un rígido y dictatorial país.

El líder de la selección era Slava Fetisov, hilo conductor del documental. Uno de los más grandes jugadores de la historia, rodeado por cinco formidables compañeros: El portero Tretiak y los jugadores Makarov, Larionov, Krutov y Kasatonov. Un equipo que jugaba de memoria, rápido y bonito.

Tarasov fue defenestrado por el mismísimo presidente Breznev. Le sustituyó el terrible Viktor Tikhonov, capaz de concentrar 11 meses al año al equipo en una base militar, impedir que un jugador asistiera al entierro de su padre o exigir la cárcel para un Fetisov en rebeldía.

Porque "Red Army" aborda el final de la URSS, de la Guerra Fría. De la emigración de los primeros deportistas rusos al odiado occidente. Del choque entre dos sistemas. Del castigo a Fetisov por enfrentarse a Tikhonov, la lucha por su libertad y la dura adaptación a Estados Unidos.

Fetisov, Larionov y tres jóvenes rusos más integraron el Detroit campeón de la NHL en 1997, con una ciudad entregada a los antes odiados rojos. Después fue Ministro de Deportes ruso y le dedicaron un asteroide. Fin a la Guerra Fría.


Doha, el asador de pollos atletas


Se disputa durante esta semana el Mundial de Atletismo en Doha, capital de Qatar, un país dictatorial donde "se vive mejor que en España", según el exfutbolista y futuro "embajador" del Mundial 2022, Xavi Hernández. Él sí que vive bien. Una dictadura donde la prueba de Maratón femenina se disputó a 32 grados y con una humedad del 73% por la noche. La mitad de las participantes abandonaron y el tiempo de la ganadora fue 15 minutos por debajo de su marca. ¡Hace calor en Qatar en septiembre! Cualquiera concluiría que es el lugar menos apropiado para esta competición, pero ha sido tal la lluvia de sobornos y agasajos del emirato absolutista, que a la Federación Internacional no le importa ver el estadio casi vacío o a los atletas asándose como pollos, por mucho que presuman de una instalación con aire acondicionado al aire libre. Bonito despilfarro de recursos. Extraña que la niña "activista" Greta Thunberg no se presentase en el recinto para abroncar al emir Tamin bin Hamad Al Thani. Será que Greta tiene que volver al instituto.   


Que vienen los rojos


Si le gustó la fabulosa serie 'Chernobyl', este documental le va a a encantar. Porque es historia de la agonía de la Unión Soviética y de la llamada 'Guerra Fría', historia del deporte, historia del hockey sobre hielo e historia de un fabuloso equipo. Uno de los mejores de cualquier época. De la mano y la vida de su extraordinario capitán, Slava Fetisov, conoceremos los entresijos el equipo de Hockey del Ejército Rojo y cómo un sencillo juego ayudó a terminar con la enemistad entre las dos potencias más dominantes en el siglo XX.


Blanca Nieves permanece en las montañas


Me llamo Blanca porque la nieve es así", dice una niña de enorme sonrisa a un reportero de Televisión Española durante un reportaje con motivo del enorme éxito logrado por su hermano mayor, "Paquito". La primera medalla de oro olímpica en los Juegos de Invierno.

Blanca Nieves Fernández Ochoa (1963-2019) fue la segunda en esa familia madrileña, la primera mujer en lograr una medalla en los Juegos de Invierno. Una proeza para una España subdesarrollada en este tipo de deportes. Un referente que sobrepasa lo "femenino". La sexta entre ocho hermanos esquiadores, hijos del director del Puerto de Navacerrada.

En apariencia, dotada de una extraordinaria fortaleza y optimismo, apodada "furia" en su adolescencia. En realidad, la más frágil y sensible entre nuestros grandes deportistas. Desde los 10 años, en un internado. A los 11 enviada al Valle de Arán, donde forjó sus fundamentos de esquí pero extrañaba entre lágrimas a su familia.

 

blanca fernandez ochoa

La familia. Su hermano Paco Fernández Ochoa. Campeón olímpico y pilar indispensable en su vida. Él lo sabía, quizá intuyó este final y le hizo prometer en su lecho de muerte que lucharía por sus dos hijos, y se reiría "una vez al día".

Quizá nunca lo superó. Quizá sí, pero cada obstáculo en su vida se convirtió en un muro infranqueable desde ese momento. Quizá se sentía sin rumbo -como tantos otros atletas de elite- en el mundo real. Sin nieve ni medallas por las que entrenarse y luchar.

Estas incógnitas quedan en su cabeza. Se dijo que atravesaba un bajo momento sentimental y económico, medicada contra el trastorno bipolar. Un mal día decidió perderse entre las montañas, donde fue tan feliz. En invierno volverá la blanca nieve.

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