Van der Vaart estaba calentando sobre el césped antes del comienzo del Holanda-Japón, ensayando lanzamientos de falta a portería, pero no se percató que un operario trabajaba al mismo tiempo colocando un micrófono y le propinó un pelotazo del que todavía se duele el pobre técnico de la televisión.
De todos es conocido la afición de algunos futbolistas a practicar los lanzamientos a portería para mejorar su disparo. Muchos incluso se quedan después de los entrenamientos a lanzar penaltis y faltas, más si cabe cuando estás llamado a ser el jugador importante en esos momentos donde las jugadas a balón parado pueden decantar un partido a favor de tu equipo.
Esto es lo que hacía el futbolista del Madrid, Rafael Van der Vaart, quien practicaba el lanzamiento de faltas minutos antes del Holanda-Japón ante la atenta mirada de los espectadores que se daban ya cita en las gradas del Moses Mabhida de Durban. Bueno todos no, ya que un operario de la televisión que iba a retransmitir dicho partido ponía todo a punto haciendo caso omiso a lo que hacía el holandés algunos metros delante.
Desenlace fatal y doloroso
Fue entonces cuando Van der Vaart tomó carrera y golpeó una falta que entró perfectamente por la escuadra pero que en vez de acabar en gol, dado que no había empezado el encuentro, en lo que acabó fue en las partes nobles del operario que tranquilamente cambiaba un micrófono.
El empleado de la televisión se deshacía en gestos evidentes de dolor tras el balonazo del madridista mientras debería estar pensando incrédulo, cómo podía haberle pasado eso. Seguramente no volverá a ponerse detrás de una portería mientras haya futbolistas sobre el terreno de juego.
Esto es lo que hacía el futbolista del Madrid, Rafael Van der Vaart, quien practicaba el lanzamiento de faltas minutos antes del Holanda-Japón ante la atenta mirada de los espectadores que se daban ya cita en las gradas del Moses Mabhida de Durban. Bueno todos no, ya que un operario de la televisión que iba a retransmitir dicho partido ponía todo a punto haciendo caso omiso a lo que hacía el holandés algunos metros delante.
Desenlace fatal y doloroso
Fue entonces cuando Van der Vaart tomó carrera y golpeó una falta que entró perfectamente por la escuadra pero que en vez de acabar en gol, dado que no había empezado el encuentro, en lo que acabó fue en las partes nobles del operario que tranquilamente cambiaba un micrófono.
El empleado de la televisión se deshacía en gestos evidentes de dolor tras el balonazo del madridista mientras debería estar pensando incrédulo, cómo podía haberle pasado eso. Seguramente no volverá a ponerse detrás de una portería mientras haya futbolistas sobre el terreno de juego.
