El extremo internacional azulgrana Víctor Tomás, que regresó lesionado del Europeo de Serbia y estará tres semanas de baja a causa de una lesión en el bíceps femoral del muslo derecho, ha asegurado sentirse 'bastante fastidiado' y espera recuperarse psicológicamente 'lo antes posible' después 'del duro golpe' que supuso no haber conquistado medalla con la selección.
Su lesión se produjo en el transcurso del partido por el tercer y cuarto puesto ante Croacia y se podría perder entre seis y siete partidos: cuatro de la Liga Asobal y los tres partidos que quedan de la primera fase de la Liga de Campeones.
'Afortunadamente esta vez no ha sido una lesión de espalda. Bajando a defender noté un pinchazo y en la siguiente jugada cuando salté para lanzar pedí el cambio porque vi que no podía seguir. Espero poder volver en menos de tres semanas y entrar de nuevo en el equipo, que ya tengo ganas', ha asegurado a Efe.
En cuanto a las opciones en el Preolímpico con España, Tomás ha comentado que será 'complicado', puesto que Polonia y Serbia son 'dos rivales temibles' y la selección de Valero Rivera 'como mínimo' tendrá que ganar uno de los dos partidos contando con la victoria ante Argelia 'el rival más flojo'.
'Pasan dos, pero está claro que será un Preolímpico difícil', ha insistido el extremo barcelonista, a quien le cuesta olvidar el último Europeo de Serbia, en el que España finalizó cuarta después de un buen inicio de torneo.
'El final fue muy cruel. En la semifinal (contra Dinamarca) estuvimos agarrotados, el equipo no se mostró fluido, no disfrutamos en la pista y eso se reflejó en el resultado', ha explicado.
Víctor Tomás considera que la clave estuvo en los errores en los lanzamientos: 'Que nuestro portero tuviese un porcentaje más alto de paradas que el de ellos y perdiésemos quiere decir que muchos lanzamientos nuestros no fueron a portería y eso nos crucificó'.
El barcelonista no cree que al equipo español le pesara la responsabilidad ante la posibilidad de clasificarse para los Juegos de Londres.
'Más bien creo que íbamos con la presión añadida porque Dinamarca había hecho un campeonato desastroso y todo lo que fuese más allá de semifinales era como un regalo. Nosotros teníamos la presión de que todo el mundo hablaba de nosotros, de que éramos los mejores, de que íbamos a ganar, y esto, a lo mejor nos pesó un poco', ha indicado.
