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La agricultura mundial y su futuro

photo_camera Dos agricultores recorren una plantación de arroz en Aceh Besar, Indonesia.
Los cambios en el clima, con la proliferación de fenómenos meteorológicos extremos, obligan al panorama mundial a realizar una importante inversión para mantener la producción de alimentos

Ya hemos hablado de la gravedad del cambio climático, un cambio que afecta a la forma de producción primaria de manera muy grave. Lo que no hemos tocado es el tema alimenticio, algo que va claramente ligado a dicho sector.

Si el sector primario baja su nivel de producción acorde a la estimación realizada, el hambre a nivel mundial se multiplicaría. Esto es un dato que a primera vista resulta inquietante cuanto menos, pero tiene solución, es cuestión de atajar el problema cuanto antes.

El aumento progresivo de las temperaturas y la proliferación de fenómenos meteorológicos extremos está acelerando la degradación y desertificación progresiva de muchas tierras. Dicho problema puede agravarse en los próximos años, como ya nos alertaba una investigación reciente, hasta un tercio de la producción de alimentos a nivel mundial podría desaparecer por el cambio de las condiciones climáticas, una catástrofe que sobre todo se notaría en el sur y sudeste de Asia y en casi toda África, áreas con un alto grado de población vulnerable que además carecen de la capacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes.

Los estudios publicados acerca del tema cifran en 78 millones de personas más afectadas por hambre crónica para 2050, para evitar esto se estima que las inversiones globales anuales en investigación y desarrollo agrícola deberán aumentar en 2.000 millones de dólares entre 2015 y 2050, según un estudio elaborado por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI).

Adaptación

La adaptación de nuestro sistema alimentario exigiría aumentar en un 120% anual las inversiones en innovación agrícola a nivel global, aunque con una especial atención al África subsahariana. “Nuestro modelo muestra que el aumento de las inversiones en el sector agrícola puede compensar con creces los efectos del cambio climático en la cantidad de personas que padecen hambre en el mundo. Sin embargo, ciertas regiones son más vulnerables que otras, particularmente África al sur del Sáhara y el sur de Asia”, explica el científico principal del IFPRI y autor principal del estudio, Timothy Sulser.

Incluso en escenarios sin cambio climático, “se prevé que un alto crecimiento de la población junto con un crecimiento de bajos ingresos aumente las tasas de hambre en estas regiones”, por lo que “se necesitarán inversiones específicas para revertir estas tendencias”, afirma Sulser. En este sentido, el propio estudio del IFPRI proporciona una herramienta para conocer los costes reales que podrían tener una variedad de escenarios de inversión para la adaptación al cambio climático, a partir de modelos complejos de sus impactos ecológicos y humanos.

Estos modelos utilizan una herramienta para calcular la inversión económica acorde con la situación planteada para el futuro en cuanto al cambio climático. Para realizar esta estimación toman datos de los modelos climáticos, agrícolas, hídricos y económicos y analiza los posibles escenarios en los campos de la producción agrícola, el consumo, los precios y el comercio a escala nacional, regional y mundial.

Los investigadores han proyectado los impactos y los costes que tendrían las diferentes opciones que dan para mantener un modelo estable. Por un lado, las inversiones en investigación y desarrollo. Otra opción sería la inversión en riego y uso del agua más eficientes que podrían compensar la menor disponibilidad de agua. La última opción sería la inversión en infraestructura rural para reducir las pérdidas posteriores a la cosecha y los márgenes de comercialización, mejorando la rentabilidad de la agricultura y aumentando el suministro de alimentos

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