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Alemania abre camino a la economía verde

Angela Merkel, canciller de Alemania, en una rueda de prensa. (Foto: EFE)
photo_camera Angela Merkel, canciller de Alemania, en una rueda de prensa. (Foto: EFE)
Su nuevo plan de 70 medidas, que prevé movilizar al menos 54.000 millones de euros hasta el año 2023, contrasta con la situación de parálisis en España, que sigue con un Gobierno en funciones.

El cambio climático y el calentamiento global forman ya parte del presente. Se derriten los polos del planeta y hay exceso de contaminación. Muere gente y sufren lo suyo la flora y la fauna. Por mucho que no falte quien cuestione estas tesis, la realidad de la Tierra es la que es.

Los deberes pendientes son muchos, hay compromisos de casi todos los países pero los retrasos en la aplicación de las medidas se suceden. Grandes movilizaciones en todo el mundo tensionan esta vez la Cumbre del Clima de la ONU en Nueva York.

En juego están al menos estas siete cosas: la deforestación, el derroche de energía, el transporte contaminante, la industria como causa del cambio climático, la generación excesiva de residuos, un sistema alimentario no sostenible y los edificios que necesitan rehabilitación energética.

China, EE UU, India, Rusia y Japón emiten más de la mitad de los gases de efecto invernadero y un solo país –China– es responsable de la emisión del 25% del total. Al mismo tiempo solo diez países emiten las tres cuartas partes del total.

La parálisis política española no propicia mucho más que los lugares comunes y la retórica en torno a este gran reto global pero el país que lidera la Unión Europea –Alemania– impulsa una ambiciosa transición hacia la economía verde. De hecho, su Gobierno trabaja en un plan de 70 medidas que prevé movilizar al menos 54.000 millones de euros hasta 2023.

Galicia genera el doble de emisiones de las razonables para su dimensión económica, al tener en su territorio numerosas empresas contaminantes

¿De qué estamos hablando? Las medidas del Gobierno de Angela Merkel están en línea con los siete puntos ya mencionados y servirán para poner precio a las emisiones de dióxido de carbono, que deben reducirse. Por tanto, afectarán a las viviendas –su reforma hará que las casas consuman menos energía, ya sin gasóleo en las calefacciones–, a la agricultura y al transporte, con una bajada del precio del tren y una subida de los viajes en avión. Nada muy distinto de lo que terminará pasando en España.

A falta de medidas concretas, como en Alemania, la propaganda del Gobierno de Pedro Sánchez se refugia en que el 25 de septiembre de 2015, “193 países nos comprometimos con los 17 objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas y su cumplimiento para el año 2030.” Son los objetivos que persiguen la igualdad entre las personas, proteger el planeta y asegurar la prosperidad como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible que España precisa concretar y acelerar.

Para Galicia se abren también retos importantes, ya que esta comunidad autónoma, con solo el 5,6% de las instalaciones sujetas al comercio de emisiones, genera el 12,2% de toda España, contexto en el que también se observa que industrias radicadas aquí prefieren pagar por contaminar en vez de reducir las emisiones.

El núcleo de empresas contaminantes de Galicia –léase también las grandes emisoras de gases de efecto invernadero– lo forman las de generación eléctrica, la refinería de A Coruña, la industria de alúmina-aluminio del norte de Lugo, la celulosa y los fabricantes de ferroaleaciones. Galicia está a la cabeza en España por emisión de tres contaminantes: se trata del dióxido de azufre, el flúor y las partículas. “Por algo en Galicia, después de la puesta en marcha de las térmicas, se dieron problemas serios de lluvia ácida, especialmente en el norte de Lugo y en la provincia de A Coruña”, recuerda el doctor en Biología Ramón Varela Díaz. 



Al alza: Ourense

El ecobarrio de A Ponte sitúa Ourense en la vanguardia urbana de cara a garantizar el ahorro energético, una nueva iluminación pública y transporte eléctrico. A Ourense se sumará A Coruña, que en el barrio de Elviña desarrollará “un ejemplo de eficiencia energética”. Se supone que de aquí al año 2030 serán muchos más los barrios de las grandes ciudades gallegas que van a acometer proyectos similares, contando con la participación de todas las administraciones públicas.


A la baja: Las causas

Para los ecologistas, la Agenda 2030 es “un buen diagnóstico” –los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por la ONU– pero “no ataja las causas de los problemas”. Ecologistas en Acción considera, por ejemplo, que la Agenda 2030 tiene la virtud de enumerar los principales problemas sociales y ambientales de este siglo, pero yerra en el análisis de las causas. Actividades que aumentan el PIB, como el comercio de armas o la especulación inmobiliaria, irían en contra de la agenda.



Protagonistas

Donald Trump, presidente de EEUU - EE UU, la mayor economía del mundo y uno de los países más contaminantes, ni siquiera está entre las naciones que colaboran en las distintas iniciativas de la Cumbre del Clima. Una jefa de oficina representará a Donald Trump en la cumbre.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno - España se considera un actor relevante de la Cumbre del Clima al presentar de manera conjunta con Perú un plan centrado en los impulsores sociales y políticos para lograr “una transición justa e igualitaria hacia una economía más sostenible”.

Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta - La llamada Galicia verde es una de las cuatro grandes prioridades que ha fijado la Xunta para la próxima década, según el jefe de Gobierno gallego. La Estratexia Galega de Economía Circular 2019-2030 movilizará cerca de 900 millones de euros.

Ramón Varela Díaz, doctor en Biología - Galicia –sostiene– tiene poca industria pero la poca que tiene contamina mucho. La contaminación se genera, sobre todo, en Endesa, Naturgy, Alcoa, Repsol, Finsa, Ence y Ferroatlántica, pero son más de 200 los complejos que contaminan en Galicia.

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