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Alemania y Holanda, contra España e Italia

El plan de reactivación de la economía europea tardará al menos dos semanas en pactarse, tras fracasar la cumbre de este jueves. Pero la crisis no descansa y puede condenar la eurozona a la recesión.

Alemania y Holanda, contra España e Italia pudiera parecer el titular del sorteo de unas buenas semifinales de la Eurocopa pero, por desgracia, no lo es. Es el titular de una frustrada cumbre europea en la que los países nórdicos, encabezados por Alemania y los Países Bajos, rechazaron las propuestas de Italia y España, los dos países con deuda pública más alta y con mayor número de muertos por la epidemia del coronavirus.

La salida al bloqueo institucional en el Consejo Europeo fue el aplazamiento, de modo que el plan de reactivación de la economía europea tardará al menos dos semanas en pactarse, tras fracasar la cumbre de este jueves. Pero como la crisis no descansa, la ausencia de medidas puede condenar la eurozona a la recesión económica; léase también, a más paro.

En vísperas de este Consejo Europeo, España –abocada a la recesión este año por el impacto de la pandemia del coronavirus– promovió una carta con otros ocho países para presionar a favor de los eurobonos –la deuda pública mutualizada a nivel europeo– pero el guión de la cumbre que hizo Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, no siguió esa idea del Gobierno de Madrid.

Mientras, sigue su curso una crisis que puede ser más grave que la de 2008. Aquella fue una crisis financiera que se resolvió a base de deuda, que es la que ahora atenaza a España, un país que en 2007 tenía una deuda pública del 36% del Producto Interior Bruto (PIB) y que actualmente se acerca al 100%. La actual crisis, probable anticipo de otra recesión, se debe a un frenazo inducido de la oferta por razones sanitarias, que deriva en una crisis de demanda. Es decir, se dejó de producir y a continuación se dejó de comprar. Salir de esto en V, como parece que hará China, será difícil para España sin ayuda europea. No solo porque un rebote automático parece imposible, sino porque hay sectores, como el turismo –básico en la economía española–, que aunque vuelvan a activarse ya no podrán recuperar lo perdido, que es mucho. Al final va a resultar que el "socialdemócrata" es el conservador ultraliberal Donald Trump, que para evitar que se destruya la demanda en EEUU, por falta de dinero en manos de la gente, prevé enviarle cheques a casa, al menos a los más necesitados.

Para España y otros países altamente endeudados, como Italia, la carencia de eurobonos es una gran limitación, ya que si hubiera títulos de deuda con garantía europea la financiación sería mucho más barata para todos los socios de la eurozona.

Los países ricos de Europa, apenas endeudados si se les compara con España o Italia, no quieren saber nada de los eurobonos. Una, porque no los necesitan y otra porque no aceptan compartir los riesgos de esa deuda pública mutualizada. Pero, llegados a este punto, cabría preguntarse si es posible construir Europa con estas premisas. En la anterior crisis era más comprensible su punto de vista pero ahora se está hablando de sanidad, es decir, de gente enferma que puede morir.

En realidad, llueve sobre mojado, porque ni siquiera se ha superado bien la crisis de 2008, cuando llega otra peor. A Alemania y a los países que comparten su tesis contraria a mutualizar –esta vez los llamados coronabonos– les queda el recurso supeditar los eurobonos a una nueva disciplina fiscal y presupuestaria, pero ni así se toman en serio la demanda española, sobre la mesa desde 2011.

@J_L_Gomez

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