La Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) lanza un SOS ante una posible desaparición de la flota española -una gran parte es viguesa- del caladero de Gran Sol.
Así consta en un estudio realizado por este colectivo en el que se analizan las consecuencias que acarrearía para la pesca nacional la reforma de la Política Pesquera Común (PPC) que está negociando la Unión Europea. Los armadores vigueses son tajantes: la normativa comunitaria condenaría a esta flota a desaparecer. La flota española no va a poder cumplir con los objetivos señalados con la reforma ya que no dispone de cuotas en algunas especies o son insuficientes en otras, señala el documento.
La situación de partida es claramente desfavorable para la flota española ya que este país no se encuentra en igualdad de condiciones con otros como Francia o Reino Unido al haberse hecho el reparto de cuotas en 1983, antes de la entrada de España en la UE. Así pues la situación actual es la siguiente: de las nueve especies principales de Gran Sol, seis están prohibidas para la flota nacional y de las tres permitidas el rape sólo cuenta con el 3,7% del TAC (Francia cuenta con el 57% y Reino Unido con el 20%). Los pescadores galos multiplican por más de cuatro las cuotas que le corresponden a España y los ingleses multiplican casi por dos, según revela el estudio de Arvi.
En el caso de la prohibición de los descartes (capturas accidentales y no deseadas que son devueltas al mar), la Cooperativa de Armadores de Vigo advierte que nuestra flota será la más perjudicada porque no tiene cuota para seis especies que se verá obligada a mantenerlas a bordo y porque de las que tiene cuota una de ellas, el rape, al no poder descartarla su cuota se agotará muy pronto. La UE quiere que en 2016 estén prohibidos todos los descartes, con lo cual los pescadores tendrían que desembarcar todo lo capturado.
La Comisión Europea pretende que en el año 2015 se alcancen los niveles del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) para todas las especies. Arvi lamenta que para alcanzar este objetivo se aplicaría una reducción anual de los TAC de un 25% hasta 2015 porque en el caso del gallo y el rape no hay datos científicos suficientes o no disponibles sobre el estado de las pesquerías.
En cuanto al reparto de cuotas pesqueras, la UE optará por basarse en datos científicos, para proteger las especies, y no tanto en negociaciones políticas.
Damanaki apuesta también por la reducción de la flota y dijo en varias ocasiones que las ayudas a la reconversión de la flota no han funcionado para combatir la sobrecapacidad pesquera.
Los armadores vigueses señalan como consecuencias de la puesta en marcha de la nueva normativa pesquera comunitaria la imposibilidad de salida de los buques a faenar, que la flota tendría que desguazarse sin ayudas públicas y la pérdida de empleo, que en Galicia sería de unos 5.000, según estima la Comisión Europea, así como un grave declive social y económico para las zonas altamente dependientes de la pesca.
57 barcos vigueses en el caladero del atlántico norte
La flota española que faena en Gran Sol era de 300 barcos hace 25 años. Hoy apenas hay 130 buques, de los que un centenar son gallegos y 57 tienen su base en Vigo. España ha visto reducida su presencia en el Atlántico al tiempo que la UE marcaba nuevas normas. Pero la flota nacional partió con desventaja ya que las condiciones para el reparto de cuotas se pactaron en 1983, antes de la entrada de España en la Unión Europea. Además, de las nueve especies principales (rape, gallo, merluza, bacalao, eglefino, merlan, solla, lenguado y carbonero) seis están prohibidas para la flota española y en el caso del rape la cuota es muy pequeña (un 3,7%) frente al 57% que corresponde a Francia, por lo que se agota rápido. Los armadores vigueses sostienen que España parte con desventaja con respecto a otros países.
La situación de partida es claramente desfavorable para la flota española ya que este país no se encuentra en igualdad de condiciones con otros como Francia o Reino Unido al haberse hecho el reparto de cuotas en 1983, antes de la entrada de España en la UE. Así pues la situación actual es la siguiente: de las nueve especies principales de Gran Sol, seis están prohibidas para la flota nacional y de las tres permitidas el rape sólo cuenta con el 3,7% del TAC (Francia cuenta con el 57% y Reino Unido con el 20%). Los pescadores galos multiplican por más de cuatro las cuotas que le corresponden a España y los ingleses multiplican casi por dos, según revela el estudio de Arvi.
En el caso de la prohibición de los descartes (capturas accidentales y no deseadas que son devueltas al mar), la Cooperativa de Armadores de Vigo advierte que nuestra flota será la más perjudicada porque no tiene cuota para seis especies que se verá obligada a mantenerlas a bordo y porque de las que tiene cuota una de ellas, el rape, al no poder descartarla su cuota se agotará muy pronto. La UE quiere que en 2016 estén prohibidos todos los descartes, con lo cual los pescadores tendrían que desembarcar todo lo capturado.
La Comisión Europea pretende que en el año 2015 se alcancen los niveles del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) para todas las especies. Arvi lamenta que para alcanzar este objetivo se aplicaría una reducción anual de los TAC de un 25% hasta 2015 porque en el caso del gallo y el rape no hay datos científicos suficientes o no disponibles sobre el estado de las pesquerías.
En cuanto al reparto de cuotas pesqueras, la UE optará por basarse en datos científicos, para proteger las especies, y no tanto en negociaciones políticas.
Damanaki apuesta también por la reducción de la flota y dijo en varias ocasiones que las ayudas a la reconversión de la flota no han funcionado para combatir la sobrecapacidad pesquera.
Los armadores vigueses señalan como consecuencias de la puesta en marcha de la nueva normativa pesquera comunitaria la imposibilidad de salida de los buques a faenar, que la flota tendría que desguazarse sin ayudas públicas y la pérdida de empleo, que en Galicia sería de unos 5.000, según estima la Comisión Europea, así como un grave declive social y económico para las zonas altamente dependientes de la pesca.
57 barcos vigueses en el caladero del atlántico norte
La flota española que faena en Gran Sol era de 300 barcos hace 25 años. Hoy apenas hay 130 buques, de los que un centenar son gallegos y 57 tienen su base en Vigo. España ha visto reducida su presencia en el Atlántico al tiempo que la UE marcaba nuevas normas. Pero la flota nacional partió con desventaja ya que las condiciones para el reparto de cuotas se pactaron en 1983, antes de la entrada de España en la Unión Europea. Además, de las nueve especies principales (rape, gallo, merluza, bacalao, eglefino, merlan, solla, lenguado y carbonero) seis están prohibidas para la flota española y en el caso del rape la cuota es muy pequeña (un 3,7%) frente al 57% que corresponde a Francia, por lo que se agota rápido. Los armadores vigueses sostienen que España parte con desventaja con respecto a otros países.
