Portos de Galicia ha aprobado un protocolo de actuación para la instalación, reparación y desguace de bateas con plenas garantías ambientales y de operatividad. Este texto, basado en los datos aportados por el Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar), fue ratificado en el último consello de administración del ente público que preside José Juan Durán. Con este protocolo se pretende regular las tareas de mantenimiento de bateas para retirar las tareas de las playas, donde se hacían hasta ahora.
El protocolo, según informó ayer la Xunta en un comunicado, determina la demanda de varaderos para estas tareas y función del número de bateas existentes en cada ría.
En base al censo de mejilloneras, la Ría de Vigo, con 550 bateas; la de Pontevedra, con 380; y la de Arousa, con 2.500, son las que registran mayor necesidad de varaderos en los que realizar los trabajos. Por ello, se determinan cuatro varaderos en la ría de Arousa, y uno en Vigo y Pontevedra. En la mayoría de estos casos existen ya rampas de acceso, que podrán ser ampliadas, mientras otras ubicaciones no cuentan con esta infraestructura.
Entre las instrucciones que recoge el protocolo se establece la idoneidad de disponer de una superficie de varadero de entre 30 y 40 metros, con una manga de entre 30 y 40 metros, en la que puedan situarse simultáneamente dos bateas. Además, deben contar con un área adyacente de unos 3.000 metros cuadrados. La situación de estas ramplas debe contar con un buen acceso terrestre y uno marítimo lo suficientemente amplio para poder maniobrar un remolcador, con un calado mínimo de dos metros.
Con este protocolo, Portos pretende regular las tareas de mantenimiento de las bateas con las mejores condiciones de operatividad y seguridad.n
