Tahoces señala que la normativa será referencia de otras comunidades y subraya que las energías no renovables ‘no son una opción’

El Clúster da Xeotermia Galega nace como ‘vanguardia’ del Estado a la espera de un plan director que organice el sector

El director xeral de Enerxía, Industrias e Minas, Angel Bernardo Tahoces presentó hoy la Asociación Clúster da Xeotermia Galega (Acluxega), que agrupa a 50 empresas especializadas del sector, y que nace con la intención de convertirse en ‘la vanguardia’ del Estado en esta energía renovable. Todo ello, a la espera de un plan director que organice el sector y que servirá de ‘referencia’ para otras comunidades, el cual se aprobará próximamente.
Según subrayó Tahoces en rueda de prensa, este es el primer clúster de energía geotérmica que se constituye en España y tiene como ‘objetivo fundamental’ organizar todos los agentes implicados en la cadena de valor con el fin de ‘cooperar para competir’.

En este sentido, Tahoces destacó que ‘ya está bastante avanzada’ la normativa que va a regular la energía geotérmica en Galicia, la cual se presentará ‘a finales de este mes o principios de marzo’, y que será la primera normativa sobre esta renovable a nivel estatal.

Aunque la Xunta trabaja para la elaboración de un mapa del sector que permita ‘un importante ahorro de las familias gallegas’, así como ‘una importante reducción’ de las emisiones contaminantes, el proyecto se encuentra en su primera fase y actualmente no existe ninguna previsión sobre cómo se traducirá en cifras este ahorro ni cuál será el porcentaje que supondrá esta energía dentro de las renovables gallegas.

Este año el Inega proporcionará ayudas de 1.300.000 euros para bombas de calor geotérmicas que cubrirán el 30 por ciento de los costes elegibles y en el caso de que el solicitante de la ayuda sea una administración pública, el porcentaje se eleva hasta el 60 por ciento.

A modo de ejemplo, el director xeral de Enerxía señaló que en una vivienda de 150 metros cuadrados con una bomba de calor geotérmica el coste anual del agua caliente sanitaria sería de 260 euros, mientras que con otro tipo de tecnología supondría un gasto anual de 862 euros. En esta misma vivienda, las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera sería de 950 kilogramos mientras que otra tecnología serían de 3.600 kilogramos.

RETO 2015

En la actualidad existen bombas de calor instaladas en escuelas infantiles, edificios de viviendas y en la biblioteca de la Universidade de Vigo, mientras que este año se apostará por la instalación de esta tecnología en centros residenciales. Así, Tahoces marcó el reto de reducir en 2015 la emisión a la atmósfera de 0,59 toneladas de dióxido de carbono a 0,27 por cada megavatio de energía eléctrica.

En este sentido, Tahoces remarcó que en la comunidad gallega existen ‘más de 6.600 megavatios’ de potencia instalada procedentes de energías renovables, y subrayó que para el Gobierno gallego ‘las energías no renovables, responsables del cambio climático, no son una opción en Galicia’.

EFICIENCIA GALLEGA

Por su parte, el representante del clúster Manuel López Portela quiso ‘transmitir un mensaje de confianza’ en una energía que definió como ‘mucho más eficiente que otras más convencionales’. Así, remarcó que esta tecnología es capaz de generar ‘entre cuatro y cinco kilovatios térmicos’ por cada kilovatio eléctrico.

En este sentido, resaltó que el aprovechamiento geotérmico es ‘más rentable’ en Galicia que en otras comunidades debido a las calidades del subsuelo gallego y mostró la intención de que las empresas que empleen este tipo de tecnología cuenten con un sello de calidad ‘único’ de acreditación.

AMORTIZACION EN 5 AÑOS

Según explicó Manuel López Portela, el problema que presenta esta tecnología es su elevado coste de instalación que supone el gasto de unos 20.000 euros para una vivienda familiar de 100 metros cuadrados, aunque matizó la ‘gran eficiencia’ de esta tecnología que permitiría amortizar la inversión ‘en cinco o seis años’.

Además, Portela remarcó que es un tipo de energía que se viene utilizando en Europa desde hace más de 40 años y tiene la ‘ventaja fundamental’ de que se aprovecha la energía del subsuelo, la cual ‘mantiene la misma temperatura a lo largo de todo el año’, lo que se puede emplear tanto para sistemas de refrigeración como de calefacción.

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