Tribuna

Día mundial de telecomunicaciones con la brecha digital

Hoy se celebra el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, cuyo objetivo es sensibilizar sobre las ventajas y posibilidades que el uso de Internet y las demás tecnologías de la información y la comunicación, pueden ofrecer a la sociedad y a la economía; y también fomentar la necesidad de reducir la tan temida brecha digital.

Cada 17 de mayo celebramos la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional y también de la fundación de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT-ITU) en el año 1865.

Hoy, como cualquier otro día, es momento de sensibilizarnos y sensibilizar en la existencia de una nueva pandemia no biológica, que en mi opinión acarreará graves consecuencias para nuestra sociedad.

La brecha digital está representada en nuestra sociedad en dos planos muy diferentes, pero quizá no tanto, que son: las empresas y las personas.

En el mundo de la empresa, la brecha digital es sinónimo de la ausencia de competitividad.

En los tiempos que corren, y mucho más debido a la grave situación que estamos viviendo, no echar mano como herramienta imprescindible de la tecnología en general, supone simplemente el hecho, más o menos aceptable, de que perderemos el partido virtual, que se disputa cada día, contra el equipo de competidores, en el campo de juego del mercado.

Las herramientas tecnológicas como la informática, las telecomunicaciones, la robótica, y otras muchas, son la clave a la hora de optimizar los procesos, y fabricar nuestros productos o servicios al mínimo coste posible, para que así podamos marcar nuestros mejores precios, con los mejores márgenes, con el objeto de competir.

La tecnología es un factor imprescindible para poder hacer más con menos, y eso es algo que entiende perfectamente cualquier empresario.

Pero existen algunos tipos de empresarios, propietarios de microempresas, y también de pymes, que tienen pavor a la implantación tecnológica, seguramente por desconocimiento o por la vivencia de experiencias negativas en su intento de implementación.

A todo esto, se suma el tradicional mantra, gravado a fuego en la mente de la gran mayoría de pequeños empresarios, de considerar la tecnología como un coste y no como una inversión.

El otro plano en el que se produce la brecha digital es en el personal. Existen personas, cuyas edades superan en la mayor parte de los casos los 45 años, que simplemente han dado de lado a las nuevas tecnologías por razones diferentes.

No es mi intención analizar exhaustivamente el hecho de por qué lo hacen, aunque en la mayor parte de los casos esto se produce por falta de visión, por supervivencia en la zona de confort, o simplemente por el hecho de creer que las cosas nuevas no son para ellos.

Me interesa mucho más la repercusión que la brecha digital tendrá en nuestra sociedad, dado que millones de personas en el mundo quedarán desenganchadas del grupo mayoritario de humanos que sí las utilizan.

Cuestiones y factores como la empatía con los demás, el compartir temas comunes, o la sensación de pertenencia a un grupo, quedarán cercenadas en muchos casos, lo que les acabará acarreando problemas de índole psíquico y social.

Por eso, ya hace muchos años, vengo utilizando la frase: “Tecnologizarse o morir”, con el objeto de usarla en mis publicaciones y cursos, como una herramienta categórica y contundente de sensibilización.

Celebremos hoy, entonces, el Día de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, e intentemos fomentarlas y difundirlas todos los que estamos convencidos de que la Ciencia y la Tecnología han sido, en gran medida, las responsables de la calidad de vida y de la longevidad de las que disfrutamos los seres humanos en la actualidad, a pesar de todas las vicisitudes como la que estamos sufriendo ahora por mor de esta maldita pandemia.

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