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¿España solo tiene problemas de ricos?

En los países más ricos del mundo, como Suiza, pueden permitirse el lujo de organizar consultas sobre una renta mínima universal de 2.260 euros libres de impuestos durante toda la vida para sus residentes.

España solo tiene problemas de ricos? A la vista de lo que aquí se habla -y, sobre todo, de lo que no se habla– tal vez la pregunta tiene todo el sentido, ya que la vida económica sigue y los problemas se acumulan, sin que ni siquiera se debatan. Veamos.

En los países más ricos del mundo, como Suiza, pueden permitirse el lujo de organizar consultas sobre una renta mínima universal de 2.260 euros libres de impuestos durante toda la vida para sus residentes. Y no solo eso. En otra ocasión, el 77% de la población también tumbó una iniciativa de los sindicatos para elevar el salario mínimo hasta 3.270 euros al mes, ya que la mayoría temía dañar la competitividad de sus empresas, entre ellas varias de las multinacionales más grandes del mundo. Hay quien piensa, como el periodista Vicente Lozano, que los suizos tienen ese altísimo nivel de vida porque llevan mucho tiempo gestionando con ese tremendo sentido común.

A diferencia de países como Suiza, España tiene un problema serio con los desequilibrios de sus cuentas públicas. Expertos como Santiago Lago advierten de que parece claro que una reforma tributaria a fondo, combinada con un cambio de paradigma en la evaluación de la rentabilidad social del gasto, permitiría mejorar la eficiencia, equidad y estabilidad de las cuentas públicas del país. De hecho, como alerta la profesora María Cadaval, el temor  fundado a una desaceleración económica preocupa doblemente ante el elevado nivel de deuda pública estructural que han ido acumulando las administraciones públicas.

Al profesor Albino Prada, que elabora el Baexga, le preocupa que el sector de la automoción comparte el problemático diagnóstico del conjunto de las exportaciones, sobre todo en el vector de turismos.

El periodista José Castro constata que en España proliferan las regulaciones de empleo y subraya que el banco de Ana Botín, el Santander, encabeza el ranking de despidos.

La OCDE advierte de que las tecnologías van a automatizar un 20% de los trabajos. Pero si bien esas tecnologías van a crear otros empleos, nadie se ocupa de reciclar a los trabajadores para su reinserción.

Tampoco faltan otros expertos, como el profesor González Laxe, preocupados por las consecuencias de la guerra comercial entre China y EEUU o los efectos del Brexit; máxime ahora que la dimisión de la primera ministra conservadora Theresa May resucita la amenaza de un "brexit" salvaje.

Pues bien, mientras todo eso sucede en España, el 99% de su clase política discute con tanta pasión como desenfreno sobre el artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que, vista la controversia sobre la suspensión de los diputados presos, da la impresión de que los legisladores españoles no saben legislar ni leer. Si se quiere ver de otro modo también cabría secundar la tesis del periodista Antonio Franco, en cuya opinión tanto las normas poco claras como las que no existen -y serían necesarias- forman un buen caldo de cultivo para las demagogias.

En España no se habla de otra cosa desde hace días y días, señal de que debe de tener problemas de ricos. Pero los problemas económicos se acumulan por mucho que la clase política hable de otras cosas, a veces hasta alcanzar el esperpento y superar el ridículo. El escritor, político y orador romano Marco Tulio Cicerón decía que "de hombres es equivocarse; de locos persistir en el error". 

@J_L_Gomez

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