ECONOMÍA

El Estado no controla el dinero negro

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photo_camera Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en una comparecencia en París.

En España ni siquiera existe un observatorio oficial que estudie cuántos miles de millones de euros mueve realmente la economía sumergida. Todos los estudios que hay al respecto son académicos o privados. 

Las cifras de economía sumergida y fraude fiscal de España están lejos de equipararse a las de países como Francia, Alemania o Reino Unido. ¿Resultado? Si bien los tipos impositivos de España son similares a los de su entorno europeo, la recaudación no, por dos motivos: el fraude y la extensión de diversos beneficios fiscales que el Gobierno de Pedro Sánchez se propone revisar.

Compra-ventas, alquileres, narcotráfico, prostitución y otras actividades profesionales constituyen espacios en los que se mueve el dinero negro en España, el país con más billetes de 500 euros. Tanto que, dentro del mundo desarrollado, es líder en economía sumergida y fraude fiscal. Sin embargo, en España ni siquiera existe un observatorio oficial que estudie cuántos miles de millones de euros mueve realmente la economía sumergida. Todos los estudios que hay al respecto son académicos o privados. El Estado no controla el dinero negro, lo cual frena su lucha para combatir un problema que ya nadie niega. Obviamente, el turismo no es ajeno a todo esto, lo que tal vez explique que el asunto se aborde con tanto cuidado.

Los economistas españoles cifran en 26.000 millones la pérdida de recaudación por el fraude fiscal. El Consejo General de Economistas calcula que la economía sumergida asciende al 16% del PIB. Pero otras fuentes, como el sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), hablan de un porcentaje superior, producto de una bolsa de fraude estimada en casi 240.000 millones de euros. Trabajos más recientes. como el de Funcas, cuantifican la economía sumergida en España en una cifra ligeramente superior al 20%. No hay, en cambio, estimaciones oficiales.

Como resume Santiago Lago Peñas, director de GEN –grupo de investigación de la Universidad de Vigo–, existe un consenso amplio en la academia sobre la idea de que la economía sumergida en España es superior a la media de los países de la OCDE. Y lo mismo ocurre con el fraude fiscal, donde no todo es narcotráfico, prostitución y corrupción. Ese fraude, que ha aumentado, también se concentra en grandes grupos empresariales, empresas transnacionales y en grandes fortunas personales. A su nivel, también habría que sumar a parados de larga y muy larga duración. Profesiones liberales o de servicios, en las que tan frecuentemente se centra la desconfianza de los ciudadanos, serían responsables de entre un 20% y un 10% aproximado de ese fraude fiscal, según El País.

En su conjunto, la economía sumergida merma casi el 23% en la recaudación de impuestos, lo que equivale a cerca del 6% del PIB, precisa el último estudio al respecto publicado por Funcas. Con estas cifras en la mano, las actividades en negro restarían casi 70.000 millones de euros a las arcas públicas.

El punto de partida de un Gobierno que quiera afrontar todas estas lacras debería ser la creación de una comisión ministerial de expertos independientes, similar a la que se creó en su día para resolver las dudas sobre las balanzas fiscales, propone Santiago Lago, que dirigió el mencionado estudio de Funcas. A mayores, este experto también considera necesaria una reforma a fondo del sistema fiscal, de modo que sea “más justo, eficiente y capaz de obtener los recursos suficientes para financiar la cartera de servicios públicos que desean los españoles”, sin padecer “un preocupante déficit estructural” como el que tiene hoy España.

@J_L_Gomez

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