La Eurozona insiste en que la moneda sigue siendo estable, aunque los mercados dicen lo contrario

Un euro cumple diez años con su futuro muy amenazado

El euro cumple diez años, pero su futuro se encuentra seriamente amenazado. (Foto: ALFREDO ALDAI)
El euro es un símbolo de Europa que siempre enorgulleció a los europeístas, pero en el décimo aniversario de la puesta en circulación de los coloridos billetes y las monedas que aún conservan un brillo extraordinario, ese sentir dejó lugar a un pesimismo sin precedentes sobre su futuro. Ya en enero de 1999, cuando el euro fue lanzado como moneda virtual, el primer presidente del Banco Central Europeo (BCE) y piloto de la introducción de la moneda única, el holandés Wim Duisenberg, señaló que la estabilidad del euro depende, entre otras cosas, de la confianza que dan los ciudadanos.
'Mr. Euro', quien supervisó los preparativos y la producción de billetes y monedas hasta su puesta en circulación el 1 de enero de 2002, no se imaginaba que trece años después de la introducción virtual de la moneda única y diez después de su introducción física, sería la falta de confianza en la eurozona la que pusiera en duda la viabilidad de la moneda y amenazara incluso su supervivencia.

La eurozona insiste en que la moneda sigue siendo estable y que la crisis no es una crisis del euro, pero los analistas y los mercados opinan lo contrario y dibujan escenarios más bien catastróficos sobre el futuro de la unión monetaria. 'No hay duda de que el euro en sí se encuentra en una profundísima crisis y el riesgo que enfrenta es muy significante', dijo Zsolt Darvas del centro de estudios Bruegel.

Un informe reciente del Centro para Estudios Políticos Europeos arrojó un resultado más optimista: la crisis financiera y de la deuda soberana que comenzó en Europa en 2008 solo redujo marginalmente el apoyo ciudadano al euro, aunque sí descendió la confianza en el Banco Central Europeo.


AUGURIOS SOMBRÍOS

Las dudas sobre el euro se ven alimentadas por los augurios sombríos de analistas, agencias de calificación y figuras europeas. El primer presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, (1985-1995) ha sido uno de los más críticos con la eurozona. 'Abramos los ojos: euro y Europa están al borde del precipicio', dijo en agosto, y en diciembre aseguró que la eurozona fue defectuosa desde su creación, pues no se tuvieron en cuenta las debilidades y los desequilibrios en las diferentes economías.

Incluso el presidente del BCE, Mario Draghi, advirtió a la eurozona del alto riesgo que conllevaría que un país abandonara el euro, , aunque después aseguró que no tiene 'ninguna duda sobre la fortaleza del euro y su irreversibilidad'.

El experto Darvas, de Bruegel, cree que es muy poco probable que un país abandone la eurozona porque el coste sería grandísimo. Recordó un estudio de UBS que cifraba las pérdidas para un país como Grecia en entre un 40 % y 50 % del PIB en el primer año y para uno más fuerte económicamente como Alemania en entre un 20 % y 25 %. UBS y otros analistas creen que hace falta una verdadera unión fiscal para salvar el euro, y la eurozona ha dado en su última cumbre un importante paso hacia este objetivo, pero Darvas considera que el pacto fiscal es insuficiente y recalama algún tipo de federalización bancaria y promover instrumentos de estabilización económica.

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