Este libro de Actualia Editorial es fruto de una idea compartida con el periodista y economista alemán Carsten Moser, firmante del prólogo, y con el editor Carlos Iglesias.
¿Hay una frase mágica para salir de la crisis?
-La respuesta a la pregunta que da título a la obra Cómo salir de esta no figura en un solo capítulo, menos aún en una frase, sino que va aflorando en su conjunto.
¿Por qué llegamos a esta crisis?
El problema fundamental de España está en las abultadas deudas del sector bancario, las empresas y las familias, también en la falta de un modelo económico alternativo al inmobiliario, cuya burbuja estalló sin control.
¿Hay salida?
Sí, siempre que se elabore un programa de largo recorrido, capaz de crear un clima social y económico favorable a los cambios; por tanto, un programa de reformas equitativas. Con coherencia y eficacia, como diría el profesor Antón Costas. El coste de la crisis hay que repartirlo al menos con justicia.
¿Con qué objetivos?
-Lograr la sostenibilidad de las cuentas públicas y crear empleo progresivamente.
¿Una esperanza?
Tal vez políticas más expansivas como las que abandera el francés Hollande para la UE suavicen el escenario, acaparado por una devaluación interna que, en síntesis, supone subir los impuestos y bajar los sueldos. Todo un castigo para millones de personas, a menudo indefensas en medio de esta maldita crisis.
¿Cómo está España hoy?
Mal, con 6 millones de parados. Un drama. El balance de la política económica se resume en la caída de los ingresos familiares y el aumento del paro y la inflación, de modo que ya sabemos lo que hay que corregir.
¿Puede concretar más?
Producir más y mejor sería la solución al paro y a los bajos ingresos públicos en un país con déficit fiscal primario, es decir, con déficit ya antes de pagar los intereses de la deuda, lo que implica que el Gobierno gasta más de lo que ingresa.
¿Un pronóstico?
-La economía española irá a peor antes de remontar, pero tras la crisis producirá más y mejor. En algún momento cambiará.
¿Conclusión?
La conclusión es crecer bien. No basta con recortar, hay que crecer. Producir más, para que crezca el PIB y se cree empleo, y mejor, para no tener que bajar los salarios.
-La respuesta a la pregunta que da título a la obra Cómo salir de esta no figura en un solo capítulo, menos aún en una frase, sino que va aflorando en su conjunto.
¿Por qué llegamos a esta crisis?
El problema fundamental de España está en las abultadas deudas del sector bancario, las empresas y las familias, también en la falta de un modelo económico alternativo al inmobiliario, cuya burbuja estalló sin control.
¿Hay salida?
Sí, siempre que se elabore un programa de largo recorrido, capaz de crear un clima social y económico favorable a los cambios; por tanto, un programa de reformas equitativas. Con coherencia y eficacia, como diría el profesor Antón Costas. El coste de la crisis hay que repartirlo al menos con justicia.
¿Con qué objetivos?
-Lograr la sostenibilidad de las cuentas públicas y crear empleo progresivamente.
¿Una esperanza?
Tal vez políticas más expansivas como las que abandera el francés Hollande para la UE suavicen el escenario, acaparado por una devaluación interna que, en síntesis, supone subir los impuestos y bajar los sueldos. Todo un castigo para millones de personas, a menudo indefensas en medio de esta maldita crisis.
¿Cómo está España hoy?
Mal, con 6 millones de parados. Un drama. El balance de la política económica se resume en la caída de los ingresos familiares y el aumento del paro y la inflación, de modo que ya sabemos lo que hay que corregir.
¿Puede concretar más?
Producir más y mejor sería la solución al paro y a los bajos ingresos públicos en un país con déficit fiscal primario, es decir, con déficit ya antes de pagar los intereses de la deuda, lo que implica que el Gobierno gasta más de lo que ingresa.
¿Un pronóstico?
-La economía española irá a peor antes de remontar, pero tras la crisis producirá más y mejor. En algún momento cambiará.
¿Conclusión?
La conclusión es crecer bien. No basta con recortar, hay que crecer. Producir más, para que crezca el PIB y se cree empleo, y mejor, para no tener que bajar los salarios.
