¿Ondea la bandera económica de Trump?

Hasta que el populismo se apoderó de la Casa Blanca, el mundo económico seguía con expectación pero a la vez con cierta estabilidad las posiciones de los dos grandes contrincantes en las elecciones de Estados Unidos, un país de referencia en el planeta por infinidad de razones pero sobre todo porque es la primera potencia económica, de modo que lo que allí se decide suele generar ondas expansivas en muchos frentes de la economía. Europa lleva –o llevaba– mucho tiempo siendo un leal aliado de los EE UU; especialmente sus dos grandes potencias de la eurozona, Alemania y Francia, y por supuesto el Reino Unido. Para España los EE UU nunca han sido un gran mercado, ya que su economía está ligada preferentemente a Francia y Alemania, pero no por ello es ajena a otro tipo de influencias económicas pero también sociales y militares. La llegada de Donald Trump trastocó muchas cosas con Europa: contribuyó a consumar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, tensó la cuerda en el marco de la OTAN, puso en apuros a la gran locomotora industrial de Europa –Alemania– y trató con bastante desdén a sus aliados; sobre todo a España desde la llegada del socialista Pedro Sánchez a la Moncloa. En resumidas cuentas, Trump –errático y contradictorio– no se hizo popular en Europa, sino más bien antipático. Todo lo contrario que su antecesor, el demócrata Barack Obama. Lo habitual en EE UU es que los inquilinos de la Casa Blanca completen dos mandatos, pero esta vez hay indicios de que Donald Trump puede seguir el camino de Jimmy Carter y George H. W. Bush, quienes se presentaron a la reelección para un segundo mandato, pero fueron derrotados, a diferencia de Dwight D. Eisenhower, Ronald Reagan, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, que ocuparon ocho años el Despacho Oval, en el ala oeste de la Casa Blanca. Por ello adquiere más relevancia el análisis de la alternativa, que en este caso es demócrata, con Biden –vicepresidente con Obama– y Kamala Harris a la cabeza de una candidatura presidencial que retoma el lenguaje convencional y sosegado de la política americana. ¿De dónde parten desde el punto de vista económico? Según The Washington Post, la economía de EE UU crece casi al mismo ritmo al que lo hizo durante los últimos años de Obama, y el desempleo, aunque es menor con Trump, sigue la tendencia positiva iniciada en el año 2011. Los demócratas suelen promover una mayor intervención del Estado en la economía, defienden la existencia de un salario mínimo e incentivan la tributación progresiva, con la idea de fortalecer los recursos públicos. Son rasgos comunes en las políticas llevadas a cabo por presidentes como Franklin Roosevelt, John F. Kennedy, Jimmy Carter, Bill Clinton o Barack Obama. Lejos de lo que pregonó, Donald Trump disparó la deuda pública y el déficit comercial –su bandera en 2016–, por lo que Joe Biden y Kamala Harris pueden aprovechar esa baza. Del mismo modo, los demócratas tienen margen para contribuir a la sensatez en las relaciones con China, que Trump no ha sabido manejar, lo cual ha dado lugar a que se tambalee la inversión empresarial. No solo los estadounidenses que se quedaron sin seguro médico critican al republicano Donald Trump; también hay líderes de grandes multinacionales que prefieren otro tipo de política que contribuya a la estabilidad global, sin tantos sobresaltos. Al alza Los salarios | ¿Lo ha hecho todo mal el republicano Donald Trump en la economía? No. Muchas cosas han ido igual que con el demócrata Barack Obama y alguna incluso mejor. Es el caso de los salarios, que aumentaron un 3% cada año, un nivel que no se había visto desde antes de la Gran Recesión, como observa The Washington Post. También sigue alta la confianza de los consumidores. Los recortes en los impuestos trajeron restricciones públicas para algunos programas pero alegraron a muchos sectores privados. A la baja Los republicanos | Están a la baja en las encuestas pero con matices. En 2016, la candidata demócrata Hillary Clinton también encabezaba las encuestas y a pesar de obtener casi tres millones de votos más que Trump perdió. El sistema de elección americano no siempre traduce fielmente los votos populares, ya que cada estado de la unión recibe un número de votos según su población. Hay un total de 538 votos del colegio electoral en disputa, por lo que un candidato necesita obtener 270 para ganar. Protagonistas Donald Trump, candidato republicano - Los votantes de EE UU decidirán el 3 de noviembre si permanece en la Casa Blanca hasta completar ocho años, como sus antecesores republicanos Ronald Reagan y George W. Bush. En las encuestas va por detrás de Biden pero está recuperándose. Joe Biden, candidato demócrata - Sobre todo es conocido como el vicepresidente de Barack Obama (2008-2016) pero la verdad es que lleva en la política americana desde los años 70. Si bien tanto él como Trump están en torno al 50%, Biden llegó a tener 10 puntos de ventaja. Mike Pence, número 2 de Trump - El ahora vicepresidente refuta las críticas que recibió su jefe en la Convención Demócrata y dice que Biden socavará la economía si llega a la Casa Blanca. Ocupado ahora en centrar la Convención Republicana, seguirá replicando a los demócratas. Kamala Harris, número 2 de Biden - Es, sin duda, la nueva estrella de la política americana. Negra y orgullosa de ello, esta abogada californiana triunfó como fiscal electa en San Francisco y quiere abanderar un gobierno progresista con más recursos provenientes de grandes corporaciones.