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La tierra, más cara en Galicia

Los precios de la hectárea de viñedo en Galicia están entre las cifras más elevadas el territorio español

Galicia, en unos casos por la falta de terrero para labrar a pesar del proceso de despoblamiento que sufre el territorio, y en otros por la demanda urbanística en determinadas zonas, es una de las comunidades autónomas con los precios más elevados de la tierra para usos agrarios según los datos manejados por el Ministerio de Agricultura en la encuesta que hace anualmente en base a los datos proporcionados por los gobiernos autonómicos.

Esta situación de precios por encima de la media se manifiesta fundamentalmente en los precios para las tierras de labor, en los prados de secano, en los pastizales y muy especialmente en las superficies de viñedos donde la demanda es muy superior a la oferta en las zonas adecuadas para la producción. En 2016, frente a unos precios medios de la tierra en España de 10.582 euros por hectárea, los precios medios de una hectárea en Galicia se elevaron a 13.699 euros con un incremento del 3,5 sobre el año anterior, mientras para todo el Estado ese incremento fue de solo el 1,2%. 

Esta situación se produce a pesar de que en los últimos cinco años los precios de la tierra en Galicia han experimentado un descenso continuado con caídas del 0,7% en 2012, del 4,1% en 2013, del 0,9% en 2014 y del 2,9% en 2015. En conjunto, si se considera el año 2011 como índice 100, en 2016 los precios se han situado en el 94,8%, mientras en el conjunto de España entre esos mismos años los precios subieron, aunque solo fuera el 2,2%. Esta reducción de los precios medios en Galicia se achaca especialmente a un ligero descenso de los precios de los prados por las crisis ganaderas y de los viñedos por una caída del efecto burbuja.

Por tipos de tierras y cultivos, las mayores diferencias al alza entre una hectárea en Galicia y la media estatal se hallan, primer lugar en los viñedos para uva de transformación. Frente a un precio medio en España de 14.229 euros, en Galicia los precios se situaron en 2016 en 33.310 euros, la cifra más elevada de todo el territorio estatal, salvo los 50.000 euros que se pagan por una hectárea en el País Vasco, Rioja alavesa y los 77.000 de Canarias donde los precios responden a otros parámetros como la falta de terreno y demanda para la urbanización. Los precios serían igualmente más elevados en denominaciones de origen como Ribera del Duero, aunque la media regional baja a en esa comunidad autónoma al computarse en la misma otras superficies. En el caso de Galicia, aunque los 33.2310 euros parecen una cifra elevada, la realidad es que se trata de un precio bajo si se considera que en 2011 los precios por una hectárea de viñedo ya se hallaban en 47.000 euros siguiendo desde entonces una línea de bajada frente a la estabilidad nacional.

Un segundo tipo de tierra con precios muy por encima de la media estatal son las superficies de las tierras de labor donde, frente a una media estatal de 6.915 euros, los precios de Galicia se sitúan en 16.176 euros hectárea, en este caso, una cifra que se ha mantenido prácticamente estabilizado si se tiene en cuenta que en 2011 era de 15.855 euros.

En los prados de secano, frente a una media nacional de 11.366 euros, en Galicia los precios se situaron ligeramente por encima con 13.962 euros, con un ligero descenso sobre los 14.675 euros del año2011.A pesar de ello, los precios de ese tipo de tierras en Galicia son de los más altos de España, solo superados levemente por Asturias, Cantabria y Navarra. Finalmente en tierras de pastizales, Galicia también se halla por encima de la media de 3.197 euros hectárea con un precio de 5.456 euros.

En conjunto, en relación con el comportamiento de los precios de la tierra, los mismos han estado siempre ligados a la relación de oferta y demanda en cada región e incluso en cada comarca, en función con la importancia de la población joven, la filosofía de los propios agricultores, si apuestan por comprar y tierras propias o hacerlo con arrendadas, y también por el comportamiento de cada uno de los mercados y su rentabilidad. A esta serie de factores, en las últimas décadas se han sumado otros y muy especialmente la aplicación de la Política Agrícola Común, con periodos de precios al alza o a la baja en función de los interrogantes que se planteaban con cada una de las reformas y los resultados que al final entraban en vigor. En el caso de los últimos cinco años, los precios de la tierra han estado marcados por los resultados de la aplicación de la reforma que entró en vigor en 2014 y cuyas líneas de actuación se aprobaban dos años antes. El hecho de que mantuvieran prácticamente los mismos criterios para la distribución de las ayudas ha sido una razón más para mantener la estabilidad de los precios en la mayor parte de las superficies de cultivo, solamente con subidas más elevada en los espacios donde entran en juego otros intereses como los in mobiliarios y la expansión cerca de las grandes ciudades.

De acuerdo con esta situación, los precios medios de la tierra en España 2016 experimentaron una subida de solo el 1,2% sobre el año anterior. Este incremento se suma a 3,2% registrado en 2015 y al 1,6% de 2014.Sin embargo, en los años previos al conocimiento del contenido de la última reforma, la situación era de mayor inseguridad que se tradujo en un recorte de los precios en 2012 del 3,3% y del 0,6% en 2013. En conjunto, entre 2011 y 2016 los precios solamente han registrado una subida media del 1,6%, lo que viene a confirmar eso de que la tierra para usos agrarios es un valor seguro para quien busque estabilidad, salvo en puntos muy concretos donde sea objeto de especulación, pero no para su laboreo. La asignación inicial de los derechos de pago por hectárea fue en su día un motivo para dar más o menos valor a los precios de la tierra, valor que actualmente ha quedado en el limbo si se tiene en cuenta que el importe de los derechos no está en manos de los propietarios, sino en los arrendatarios q o de quienes hubieran solicitado el cobro de los mismos, por lo que, para un propietario, el terreno no vale en función de la calidad de la tierra sino de si la misma tiene o no derechos de pago.

En relación con los precios de la tierra caben, entre otras, dos consideraciones. Primera, que los mismos no se pueden tomar al pie de la letra, sino como algo de referencia porque los mismos serán siempre diferentes en cada comarca. Segundo, que los mismos dan una idea de la gran diversidad del campo español por sus grandes diferencias, algo que no sucede en otros países comunitarios al norte de los Pirineos. En España los precios medios pueden ir desde los 3.197 euros de una superficie de pastizal a los 203.000 de una hectárea en la parte más salta, los 53.00 euros de una hectárea de limones o los 20.000 euros de una tierra de labor de regadío.

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