La UE comienza a estudiar un ajuste suave

Calviño, en una intervención en el Senado el pasado diciembre.
photo_camera Calviño, en una intervención en el Senado el pasado diciembre.
Ningún país quiere volver a la austeridad y todos coinciden en que hay que superar antes la pandemia. Después habrá un nuevo modelo de regla de gasto, que es lo que está en juego. Toca buscar aliados

España tiene una delicada situación económica derivada de la crisis de la pandemia y también de sus antecedentes. Por un lado, no ha recuperado el nivel de su PIB prepandemia –en parte por el mayor peso del turismo en su economía– y, por otro, sus cifras de deuda, déficit y empleo están fuera de los estándares europeos. Por si faltaba algo, ahora tiene inflación, aunque la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, prevé que la evolución del IPC se asemeja a la de una joroba a cuyo nivel más alto se ha subido Europa para, una vez en 2022, empezar a bajar la pendiente.

En este contexto, la Unión Europea (UE) está empezando a estudiar un ajuste suave, pero a fin de cuentas un ajuste disfrazado con eufemismos muy del estilo de la jerga comunitaria. Ningún estado miembro quiere volver a la austeridad que caracterizó la salida de la anterior crisis de 2008 y todos coinciden en que antes de mover ficha hay que superar la pandemia. Después habrá un nuevo modelo de reglas fiscales, que es lo que está en juego, por lo que ahora toca fijar posición y encontrar aliados de cara a un acuerdo.

A España, uno de los socios de la UE con más dificultades, la situación delicada de Francia le favorece, ya que obliga a Alemania a no tensar la cuerda, lo cual tampoco hay que confundir con el mantenimiento de la barra libre de los últimos dos años.

La Comisión Europea está trabajando bajo un mandato del Parlamento Europeo, que el pasado verano le encomendó un debate público sobre la revisión del marco de gobernanza económica de la UE.

Como la Eurocámara hizo suyas las conclusiones del Consejo Fiscal Europeo (CFE), el nuevo marco presupuestario pivotará sobre un único objetivo, la deuda pública, una asignatura que países como Grecia, Italia y España tienen pendiente, lejos –muy lejos– del aprobado, con el consuelo de que Francia también suspende. “Debemos volver a reglas presupuestarias comunes, pero no podemos hacer como si no hubiera pasado nada”, resume el presidente francés, Emmanuel Macron.

Lo que parecen descartadas son las prisas, ya que las futuras reglas fiscales podrían alcanzar un nuevo paradigma, más holístico –léase, de conjunto– y centrado en el medio plazo, según Carmen López, consultora del área de Finanzas Públicas de Afi. Es en este escenario en el que hay que leer el último movimiento del Gobierno de España, que alerta de que un ajuste “prematuro y abrupto” por las reglas fiscales puede matar el crecimiento.

Para Nadia Calviño, vicepresidenta primera y principal interlocutora de Madrid con Bruselas, resulta indispensable blindar la inversión de los futuros recortes de la deuda. En cualquier otro escenario, mal podría recuperar España su economía.

La vuelta a las anteriores reglas de la UE para sus países miembros –déficit público no superior al 3% del PIB y deuda de hasta un 60%– se antoja inviable, pero entre esos niveles de ensueño y los de España (122,1%) puede haber un acuerdo que siga dejándola rezagada, del mismo modo que a Italia, con un 156,3% de deuda, o a Grecia, con el 207,2%. Incluso a Francia y Portugal, con pasivos por encima del 115% de deuda sobre su PIB.

Ante este panorama hay una idea que barajan desde Roma y París que podría suscribirla Madrid: fijar un objetivo de deuda sobre PIB en un plazo medio, pero no uno igual para todos, sino adaptado a la situación de cada socio de la UE.

@J_L_Gomez

Las reformas, al alza

Este nuevo año se abre con reformas estructurales pendientes –pensiones e impuestos, entre otras–, pero al menos hay reforma laboral. Y Pedro Sánchez quiere capitalizarla en un clima electoral, de momento autonómico. “Os pido que nos volquemos estas semanas en el PSOE en defender el acuerdo de la reforma laboral. Hay razones de sobra. Es una reforma laboral ambiciosa. Vamos a luchar contra la precariedad y el alto desempleo”, dijo el líder del PSOE ante el Comité Federal socialista.

La inflación, a la baja

Más que a la baja, el IPC está dejando de ir al alza, lo cual es una buena señal. Si bien la inflación de la eurozona batió otro récord en diciembre, se ralentizó. El 5% de subida del IPC registrado por Eurostat supuso solo una décima más que en noviembre y la inflación subyacente –excluye la energía y los alimentos no elaborados– se mantuvo en el 2,6%. Algo es algo, aunque el problema sigue estando ahí. El optimismo lo aporta la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.

Te puede interesar