Hasta que las urnas nos separen

jojo
photo_camera Avelino de Francisco (Cortegada), Teresa Barge ( A Bola) y José Manuel Castro (Os Blancos).

Los alcaldes de Cortegada, A Bola y Os Blancos abandonaron sus partidos para presentarse con el PP porque "el pueblo prima sobre las siglas" 

No entiendo que parezca extraño el cambio de partido. Si hasta Núñez Feijóo está pidiendo el voto de los socialistas moderados para el PP". Avelino de Francisco decidió dar el paso antes de escuchar al presidente gallego. Ganó la alcaldía de Cortegada bajo las siglas del PSOE, pero en la cartelería de esta campaña aparece el logo del PP. "Lo más importante es la gestión del pueblo por encima de las siglas. Yo me cambié porque no estaba a gusto con el PSOE, ya que en la Diputación votaba en contra de ayudas a Cortegada", explica. Con Manuel Baltar, en cambio, anda amartelado como sucede en los inicios de toda relación:"Con el presidente de la Diputación me entiendo fenomenal porque tiene un proyecto global de termalismo. Cuando el bipartito estaba en la Xunta ni siquiera fue capaz de legalizar el parque empresarial".

El caso de Teresa Barge también es singular. Es la vuelta casa de la hija pródiga tras ser independiente y después acudir a la 'foliada' nacionalista cuando el BNG de Anxo Quintana llegó a la vicepresidencia de la Xunta. Su padre fue alcalde de A Bola por el PP durante 22 años, ella estaba destinada a ser la sucesora, pero como durante unas vacaciones sus compañeros populares le hicieron una jugarreta para que no encabezase la lista en las elecciones de 2003, decidió tocarles la gaita con el apoyo de los vecinos. Ganó la Alcaldía y repitió en 2011. Aspira otra vez vistiendo la primera camiseta. "El ciclo en el BNG terminó. Se hicieron cosas buenas como la residencia o la galescola, pero estoy encantada de regresar al PP porque fue una decisión que aprobamos los concejales por unanimidad después de hablarlo durante año y medio con los vecinos", justifica. Los comentarios que apuntan a la mano de Manuel Baltar no les da importancia. "Nadie me comió el coco. Todo el mundo sabe que mis relaciones con los jefes políticos son A Bola, A Bola, A Bola y los proyectos que permitan fijar población y crear empleo. Sigo el mismo libro de ruta desde hace 25 años. En la vida municipal importan más los proyectos pragmáticos que los políticos".

La reflexión de Barge es compartida por José Manuel Castro. En las pasadas elecciones se presentó a la Alcaldía de Os Blancos por Alternativa Popular Galega, empató con el PP a 393 votos y cuando un sorteo ya le había otorgado el gobierno a los populares, el Tribunal Superior de Xustiza de Galiza ordenó que seis meses después se repitiese el proceso electoral por un sufragio extraviado, ya que en una mesa se detectaron 421 votos de 422 votantes. José Manuel Castro se impuso en la segunda vuelta el mismo día que Rajoy llegó a La Moncloa.

Realismo municipal

Ya con el bastón de mando se acercó al PSOE hasta afiliarse, pero a última hora cambió la rosa por la gaviota de cara a estas elecciones: "No lo hago por ideología. Desde siempre he sido un descontento de la política. No vivo de esto ni quiero hacer carrera, pero en el Concello había una deuda de tres millones y medio de euros millones que hemos reducido a tres y sabes que la solución para arreglar nuestro problema está en manos del partido que gobierna en la Xunta y en la provincia. En Galicia y en Ourense la mayor parte de la gente es de derechas". Castro hace un ejercicio de realismo municipal: "Me gusta mi pueblo y creo que Baltar sí está implicado con el rural porque tiene un proyecto ilusionante hasta el año 2019".

De Francisco, Barge y Castro están convencidos de las ventajas del cambio de vestimenta política, pero ahora tienen que persuadir a sus vecinos en la recta final de la campaña. "Yo no me he encontrado con ningún reproche. Me limito a hacer mi campaña sin descalificar a nadie como sí hace otra fuerza política conmigo, llegando a lo personal", lamenta De Francisco. Barge confía en que las consultas a los vecinos los le allanen el trabajo. "Unos ven bien el cambio y otros lo encuentran mal, pero en concellos como Rairiz, Vilariño de Conso o Porqueira pasó algo similar y siguieron en la alcaldía", apunta esperanzado Castro. Si hasta Feijóo pide el voto de los socialistas... Hasta que las elecciones los vuelvan a separar. O no.

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