El periodista y escritor Carlos Reigosa presentará su último libro hoy, a las 20.15 horas, en el Liceo, en el marco del Foro La Región.
¿Qué cuenta A vitoria do perdedor'?
Es una reflexión sobre la violencia, qué mecanismos hacen que tengan una tendencia natural en determinadas circunstancias a multiplicarse y cómo cada uno de los bandos solo cuenta sus víctimas para proceder a una venganza sobre el bando contrario. Está situada en los años 1949-50, y presento la historia de Arcadio Macías, que después de perder a todos sus compañeros de las guerrillas antifranquistas, queda aislado en una comarca rural. Mientras prepara su salida de España, se va dando cuenta de la historia del pueblo y todas las maldades que allí se han cometido y quedan impunes. A partir de ahí vamos conociendo toda su historia, su participación en la guerra, su salida a Francia o su vuelta a Galicia, así como sus ideales anarquistas. En ese pueblo, siente que un anarquista coherente nunca se iría dejándolo como está, pero también se da cuenta que hacer justicia es sangre. Es un hombre con un conflicto con el entorno y, a la vez, consigo mismo.
¿Son personajes reales?
Es una novela histórica, en la que el marco está fielmente retratado, pero los personajes son ficción.
Ha señalado en alguna ocasión que la memoria de la memoria de los años de posguerra estaba tergiversada.
La memoria que tenemos de esa época va siendo continuamente reestudiada y reevaluada, las reflexiones que se hacen van cambiando. Durante el Franquismo, la gente que estaba en los montes eran bandoleros, con la llegada de la democracia eran heroicos guerrilleros. Hoy estamos en una fase más ponderada, que nos permite hablar de estos temas sin entrar en tensiones absurdas.
¿La historia de Galicia es una buena fuente de inspiración para un escritor?
Tengo fascinación por muchas épocas de nuestra historia. Creo que tenemos una historia enormemente rica, compleja, pero también demasiado conflictiva. Aunque desde la perspectiva literaria, los conflictos son muy de agradecer. Las sociedades en las que han ocurrido muchas cosas ofrecen mucho para ilustrar lo que quieres contar. Yo me considero una persona muy afortunada: lo que más me gusta es contar historias y más todavía que me cuenten buenas historias.
Es una reflexión sobre la violencia, qué mecanismos hacen que tengan una tendencia natural en determinadas circunstancias a multiplicarse y cómo cada uno de los bandos solo cuenta sus víctimas para proceder a una venganza sobre el bando contrario. Está situada en los años 1949-50, y presento la historia de Arcadio Macías, que después de perder a todos sus compañeros de las guerrillas antifranquistas, queda aislado en una comarca rural. Mientras prepara su salida de España, se va dando cuenta de la historia del pueblo y todas las maldades que allí se han cometido y quedan impunes. A partir de ahí vamos conociendo toda su historia, su participación en la guerra, su salida a Francia o su vuelta a Galicia, así como sus ideales anarquistas. En ese pueblo, siente que un anarquista coherente nunca se iría dejándolo como está, pero también se da cuenta que hacer justicia es sangre. Es un hombre con un conflicto con el entorno y, a la vez, consigo mismo.
¿Son personajes reales?
Es una novela histórica, en la que el marco está fielmente retratado, pero los personajes son ficción.
Ha señalado en alguna ocasión que la memoria de la memoria de los años de posguerra estaba tergiversada.
La memoria que tenemos de esa época va siendo continuamente reestudiada y reevaluada, las reflexiones que se hacen van cambiando. Durante el Franquismo, la gente que estaba en los montes eran bandoleros, con la llegada de la democracia eran heroicos guerrilleros. Hoy estamos en una fase más ponderada, que nos permite hablar de estos temas sin entrar en tensiones absurdas.
¿La historia de Galicia es una buena fuente de inspiración para un escritor?
Tengo fascinación por muchas épocas de nuestra historia. Creo que tenemos una historia enormemente rica, compleja, pero también demasiado conflictiva. Aunque desde la perspectiva literaria, los conflictos son muy de agradecer. Las sociedades en las que han ocurrido muchas cosas ofrecen mucho para ilustrar lo que quieres contar. Yo me considero una persona muy afortunada: lo que más me gusta es contar historias y más todavía que me cuenten buenas historias.
