El laboratorio gallego de ADN, pensado para dar cobertura a todo el Noroeste español, analiza cada año 6.000 muestras genéticas. Luis Hombreiro, su director, explicó ayer a los estudiantes de la Facultad de Derecho algunos secretos de la doble hélice.
El laboratorio funciona desde el año 2007. ¿Qué ha supuesto para la justicia gallega su creación?
En los años que llevamos, hemos agilizado los tiempos de respuesta, y en los casos de carácter más urgente podemos trabajar sobre la marcha. Además, nos permite mantener una comunicación directa con los jueces.
Al pensar en un análisis de ADN solemos relacionarlo con asesinatos. Qué casos abundan más en el laboratorio gallego?
Gracias a Dios esta comunidad es un lugar muy tranquilo donde cosas tan graves sólo suceden de forma puntual. Más bien, lo que tratamos sobre todo son asuntos de interés para el ciudadano, pero de menor gravedad, como pueden ser los robos. Aunque todo lo que implique violencia siempre será difícilmente aceptable y todo tiene una respuesta penal.
¿Van más rápido los avances científicos que el Derecho?
Sí claro, pero eso es algo lógico que ocurre también con el Derecho Administrativo. Muchas veces hay que buscar encaje a las nuevas tecnologías. Pero es bueno crear el debate entre esos avances y la rapidez con la que puede crearse una legislación relativa.
En la charla habló de cierto desamparo jurídico. ¿Sería interesante crear una base de datos global, al igual que ocurre con nuestras huellas dactilares?
Como ciudadano creo que no. Hay que tener una medida entre defender a la sociedad y vulnerar los derechos individuales, un equilibrio que corresponde a la justicia. Yo no crearía esa base de datos porque nosotros trabajamos con crímenes y no necesitamos conocer el ADN de las personas que no han hecho nada. En el caso de las huellas dactilares, se trata de una identificación administrativa que no se puede utilizar como prueba criminal.
Se refirió varias veces a la serie CSI. ¿Cree que existen tópicos alrededor de su profesión?
Muchos, pero hay que entender que la ficción se rige por otras leyes. Las técnicas que emplean son reales, pero van demasiado rápido. Siempre digo que de cinco días de trabajo, tenemos tres administrativos y dos analíticos. Nunca he visto a Grissom haciendo un informe para un fiscal (risas).
¿Es un trabajo que produzca frustraciones?
Ninguna, sino la satisfacción de poder desarrollar mi carrera universitaria porque siempre digo que soy un policía que utiliza la biología. Los problemas existen en todas las profesiones. A veces consideras que si aplicases nuevas tecnologías sería más fácil una investigación pero a día de hoy no podemos y lo que hacemos es dar nuestro punto de vista para intentar que se contemplen. Lo que hay es que pelear por que se consiga.
¿Habla del ADN codificante, por ejemplo, que permitiría establecer un retrato robot en base al material genético y que la ley no permite aplicar?
Acceder al ADN codificante en determinados casos podría aportar datos que abriesen nuevas líneas de investigación.
En los años que llevamos, hemos agilizado los tiempos de respuesta, y en los casos de carácter más urgente podemos trabajar sobre la marcha. Además, nos permite mantener una comunicación directa con los jueces.
Al pensar en un análisis de ADN solemos relacionarlo con asesinatos. Qué casos abundan más en el laboratorio gallego?
Gracias a Dios esta comunidad es un lugar muy tranquilo donde cosas tan graves sólo suceden de forma puntual. Más bien, lo que tratamos sobre todo son asuntos de interés para el ciudadano, pero de menor gravedad, como pueden ser los robos. Aunque todo lo que implique violencia siempre será difícilmente aceptable y todo tiene una respuesta penal.
¿Van más rápido los avances científicos que el Derecho?
Sí claro, pero eso es algo lógico que ocurre también con el Derecho Administrativo. Muchas veces hay que buscar encaje a las nuevas tecnologías. Pero es bueno crear el debate entre esos avances y la rapidez con la que puede crearse una legislación relativa.
En la charla habló de cierto desamparo jurídico. ¿Sería interesante crear una base de datos global, al igual que ocurre con nuestras huellas dactilares?
Como ciudadano creo que no. Hay que tener una medida entre defender a la sociedad y vulnerar los derechos individuales, un equilibrio que corresponde a la justicia. Yo no crearía esa base de datos porque nosotros trabajamos con crímenes y no necesitamos conocer el ADN de las personas que no han hecho nada. En el caso de las huellas dactilares, se trata de una identificación administrativa que no se puede utilizar como prueba criminal.
Se refirió varias veces a la serie CSI. ¿Cree que existen tópicos alrededor de su profesión?
Muchos, pero hay que entender que la ficción se rige por otras leyes. Las técnicas que emplean son reales, pero van demasiado rápido. Siempre digo que de cinco días de trabajo, tenemos tres administrativos y dos analíticos. Nunca he visto a Grissom haciendo un informe para un fiscal (risas).
¿Es un trabajo que produzca frustraciones?
Ninguna, sino la satisfacción de poder desarrollar mi carrera universitaria porque siempre digo que soy un policía que utiliza la biología. Los problemas existen en todas las profesiones. A veces consideras que si aplicases nuevas tecnologías sería más fácil una investigación pero a día de hoy no podemos y lo que hacemos es dar nuestro punto de vista para intentar que se contemplen. Lo que hay es que pelear por que se consiga.
¿Habla del ADN codificante, por ejemplo, que permitiría establecer un retrato robot en base al material genético y que la ley no permite aplicar?
Acceder al ADN codificante en determinados casos podría aportar datos que abriesen nuevas líneas de investigación.
