Chocolate con churros y la charanga Os Bandiños acompañaron a las comparsas en Parada de Amoeiro y luego, tuvo lugar una verbena con las orquestas Olympus y París de Noia
En Parada de Amoeiro les gusta tanto el Entroido que madrugan hasta en domingo. A primera hora llegaron las carrozas al cruce de la localidad y a las 9.30 ya estaban desayunando chocolate con churros en Os Casares. Media hora más tarde sonó el pistoletazo de salida de los participantes en la fiesta que recorrieron todas las parroquias del Concello de Amoeiro, con el acompañamiento de la charanga Os Bandiños, porque este Entroido es musical, pero, ante todo, pionero en declararse “itinerante”.
Este año, para el desfile de Parada de Amoeiro las carrozas llegaron puntualmente a las 18.30 horas. El papa de Roma no quiso perderse el sarao y llegó a la localidad acompañado de un gran dispositivo de seguridad, dado la peligrosidad de la cita y la fama de los vecinos. No se esperaba la presencia de la Selección Argentina de fútbol, que hizo un viaje relámpago al pueblo y se bebieron la Copa del mundo. La gente del lugar se disfrazó de sus héroes favoritos; el vino blanco y el tinto aquí son venerados. También pudo verse a vecinos muy perjudicados, que parecían zombies recién salidos del cementerio, e incluso a marineras tierra adentro. No faltaron las brujas, que se hicieron una minicasa sobre ruedas porque los alquileres están imposibles. Huía de ellas una Blancanieves y otras chicas del montón, acompañadas de peluches gigantes. Además, la furgoneta molona de Scooby-Doo recorrió las calles de la villa, con algunos infiltrados abordo. Una numerosa comparsa dejó claro que lo realmente esencial en esta fiesta es hacer el cavernícola; se merecían un diez.
En Parada de Amoeiro les gusta tanto el Entroido que trasnochan hasta en domingo. La verbena estuvo a cargo de las orquestas Olympus y París de Noia, porque si hay que hacer algo, aquí se hace a lo grande.
