Como manda la tradición entroideira, los escolares fueron los primeros en inaugurar el Xoves de Comadres en la capital. La Praza Maior fue el epicentro de la clásica batalla en la que las niñas tienen el poder: deben correr detrás de los niños para intentar arrebatarles su "meco" de comadres. Ellas hicieron un buen equipo y destrozaron unos cuantos muñecos de sus compañeros, que también lucharon para salvar sus muñecos. Les tocará pronto la revancha.
En las comadres de la ciudad participaron este año centenares de alumnos, procedentes de los centros educativos CEIP Amadeo Rodríguez Barroso, CEIP Irmáns Villar y CEIP Mestre Vide.
En Barbadás no se quedaron atrás con esta cita. Los niños de O Ruxidoiro y el Filomena Dato lucieron sus vistosas comadres, apenados por destrozarlas más tarde. Además de jugar y correr unos detrás de otros, contaron con la animación de Sabela Gago.
Pero la fiesta más potente es la de la noche, con cenas de comadres que cada año tienen mayor aceptación en la ciudad. La única norma: disfraz de mujer. Los de la Asociación de Frei Canedo de A Ponte, uno de los tres Entroidos propios de la ciudad, celebraron un año más su cena de comadres. "Este ano temos mariscada!", presumen los cofrades pontinos. Después de la paparota hubo baile en la sede de la asociación, con la actuación del Dúo Bamboleo. Medio centenar de participantes acudieron a la fiesta disfrazados de comadres. "Cada un vai por libre co disfraz", dicen.
Donde también crece la participación es en la cena de mujeres organizada en el Liceo. Aquí hay vistosos grupos que coinciden en traje femenino y cada edición se multiplican en la fiesta.
