Los vecinos hicieron justicia en el viaje más salvaje del “meco” Putin por Cartelle

Un tronco y un carro del país son los protagonistas del Entroido más “enxebre” en los pueblos de Xinzo y As Teixugueiras

Una noche loca fue la que vivieron el sábado en Teixugueiras-Xinzo, donde ayer tuvo que retrasar la salida de su tradicional “corrida do meco” ante la desaparición del protagonista. Putin amaneció atado a las puertas de las piscinas de Outomuro, a cinco kilómetros de casa, y solo regresó tras la mediación de Protección Civil de Cartelle y del jefe-aviador-mandatario local. Las risas y la diversión están más que aseguradas en esta fiesta que tiene altas dosis de anarquía y tradición. 

Jóvenes y mayores arriman el hombro y tiran millas para hacer de su Entroido el más salvaje y puro. El tramo de carretera es escaso, como también lo son los trayectos seguros para un Putin que ayer no se salvó de probar el barro ni el asfalto, llevándose consigo alguna señal. 

Solo los peliqueiros tratan de poner algo de orden, no siempre con éxito, para cumplir con la tradición de “baixar polo Cótaro e subir pola Barreira”. Y es que cada año son más los forasteros que se dejan atrapar en esta celebración sin ley que acabó, tras agotar las raciones del “pulpeiro” de Arcos, con la lectura del testamento. “Non se salva ningúen”, comentan los locales, que ya cuentan los días para la edición de 2024.

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