La Xuntanza de Fulións cerró el Entrudio de A Veiga

Los boteiros, mázcaras o charrelos volvieron a abrir paso a los bombos y azadas

Los bombos y las azadas volvieron a retumbar en A Veiga. Si el Martes de Entrudio, 21 de enero, fueron golpeados por los fulións participantes en el desfile que organizó el Concello y que compartieron con las comparsas, en la tarde de ayer estuvieron solos.

Fueron una docena los que se animaron a inscribirse en la quinta edición de la Xuntanza de Fulións que cerró el Entrudio valdeorrés y que, un año más, organizó la asociación cultural O Son de Trevinca-Fulión de A Veiga.

Si el desfile del martes arrancó con el fulión de Penouta-Ramilo para cerrarlo el de A Veiga, ayer fue este último el que desfiló en primer lugar, seguido por el de Penouta-Ramilo. Con ellos, se inscribieron en este desfile los siguientes: Piñeiro, Tameirón, Petín, As Maceiras, Manzaneda, Os Labregos, Fradelo, Buxán, Bembibre y Mormentelos.

Una vez más, los fulións iniciaron su recorrido por las calles de A Veiga en las inmediaciones del colegio público Eduardo Prada Bustillo. Aquí fueron reuniéndose sus integrantes desde primera hora de la tarde. Salieron de uno en uno, con aproximadamente 10 minutos de diferencia entre ellos, lo que prolongó el desfile durante aproximadamente dos horas.

Los fulións realizaron el recorrido precedidos por los boteiros y mázcaras, o los más propios de A Veiga -charrelos, morte y boi- que apartaron al público para dejar paso a los bombos y azadas. Entre ellos pudo verse a un buen número de niños y jóvenes, lo que parece asegurar el futuro de esta figura tradicional del Entruido.

No fueron pocos los disfraces que aparecieron en el último acto de esta celebración tradicional. La cita volvió a congregar en las principales calles de A Veiga a un importante número, llegadas desde prácticamente todo el oriente provincial.

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