El chófer del autobús de Ávila niega ahora haberse dormido

Gerardo Yusta Yuste, una de las víctimas, recibe sepultura. (Foto: SANCGIDRIÁN)
La comarca del Alberche, en la provincia de Ávila, se vistió ayer de luto por las nueve víctimas del accidente de autobús ocurrido el lunes en Tornadizos de Ávila, que fueron enterradas, mientras el conductor del vehículo siniestrado negó que se quedara dormido instantes antes del suceso.
Durante su comparecencia ante la jueza del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Ávila, R.G.S., de 54 años, afirmó que no se quedó dormido y que tampoco 'dio ninguna cabezada', tal como se dijo en un principio.

El conductor explicó que sintió un golpe en la parte trasera del vehículo y que se le fue el coche hacia la derecha, intentó enderezarlo y perdió el control 'golpeando en la parte derecha', hasta que se salió de la calzada, en la N-403, dentro del término municipal de Tornadizos de Ávila, a unos seis kilómetros de la capital abulense.

Tras su declaración, la jueza decretó su libertad provisional, comunicada y sin fianza, tras imputarle nueve posibles delitos de homicidio imprudent. Por otra parte, en el siniestro también resultaron heridas 22 personas, cinco de ellos continúan graves pero 'estables' y otros cinco evolucionan favorablemente, según el parte médico emitido ayer por la Sanidad de Castilla y León.

Un solemne funeral, que se celebrará hoy en la Catedral presidido por el obispo de la diócesis Jesús García Burillo, recordará a las nueve víctimas mortales del siniestro, siete de las cuales ya recibieron sepultura ayer en distintos emplazamientos.

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