El debate ético, en la red

En los últimos días afloró en los distintos dispositivos y conversaciones habituales los insultos en internet, un problema que no se ciñe exclusivamente a este ámbito

Los insultos contra políticos y demás ciudadanos en redes sociales, cada vez más frecuentes, como ocurrió estos días tras el asesinato de Isabel Carrasco, del PP, no son problema de Twitter, ni de internet, sino de la falta de civismo por parte de algunos cibernautas, que en casos incurren incluso en delitos.

Los actos delictivos en internet se castigan con iguales penas que los de la vida real, en el marco del Código Penal. Además, su persecución es más sencilla y las detenciones policiales más fáciles aun si los culpables recurren a pseudónimos o nombres falsos para ocultarse, porque en internet todo deja rastro, explican diversos especialistas.

Twitter es un canal de comunicación, como cualquier otro, añaden; por ello, tildan de grave error la tendencia desde ciertas instancias a criminalizar internet cuando el problema de los insultos es de los internautas poco cívicos o inmorales y no del medio.

Reconocen sin embargo el aumento de campañas en internet orquestadas por algunos de los cibernautas contra ciertas personas, incluso con ayuda de ordenadores, y la intromisión de provocadores o "troles" para manipular reacciones emocionales y causar confrontación. En internet, como en la vida real, son delitos perseguibles entre otros los mensajes injuriosos, calumnias, apología del terrorismo, racismo, xenofobia o pederastia.

El presidente de la Asociación de Internautas (AI), Víctor Domingo, advirtió ayer de que en internet, como en la vida física, "quien la hace, la paga", y animó a los cibernautas a pensarse muy bien antes lo que publican en redes sociales porque la trascendencia puede ser muy grande. En internet, añadió, los delitos son muy fáciles de perseguir. Así, "sería mucho más sencillo identificar por parte de la Policía al autor de cualquier tropelía en la red que a una persona que, por ejemplo, pintara un muro por la noche".

El presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), Miguel Pérez Subías, insistió por su parte en que el problema "no es de las redes sociales sino de la propia gente" y precisó que no todas las redes sociales son iguales; así, unas tienen un uso más restringido, como WhatsApp, y otras son más abiertas, como Twitter, lo que el usuario debería tener muy en cuenta.

Lo que sí parece que dificulta las denuncias de afectados por daños personales en internet es que la mayoría de los grandes canales de comunicación virtuales, como Twitter, suelen ser extranjeros y no siempre tienen oficinas fuera de sus países, en este caso España, concluyó Pérez Subías.

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